27 de julio de 2008

Madre Teresa de Calcuta

A veces las personas son egoístas, ilógicas e insensatas... Aún así, perdónalas.
Si eres amable, las personas pueden acusarte de ser egoísta e interesado... Aún así, sé gentil.
Si eres vencedor, tendrás algunos falsos amigos y algunos enemigos verdaderos... Aún así, vence.
Si eres honesto y franco, las personas pueden engañarte... Aún así, sé honesto y franco.
Lo que tardaste años para construir, alguien puede destruirlo de una hora para otra... Aún así, construye.
Si tienes paz y eres feliz, las personas pueden sentir envidia... Aún así, sé feliz.
El bien que hagas hoy, puede ser olvidado mañana... Aún así, haz el bien.
Da al mundo lo mejor de ti, aunque eso pueda nunca ser suficiente. Aún así... Da lo mejor de ti mismo.
Y recuerda que, a fin de cuentas... Es entre tú y Dios, nunca fue entre tu y ellos.

Hay una Solución Espiritual para cada Problema, WAYNE DYER



El Dr. Dyer aborda en esta película la fuerza de nuestros pensamientos en creacion de la realidad que vivimos.
La visión que quiere transmitir es la relación problemas=ego, creamos y mantenemos problemas mientras nos sentimos separados y alejados de la Fuente.

En su lenguaje habitual mezclando anécdotas personales, chistes logra poco a poco transmitir un mensaje espiritual parafraseando a sabios y maestros.
Logra transmitir un mensaje de cambio y despertar espiritual sutilmente en su lenguaje coloquial.
Usa, como ya lo ha hecho en libros y películas nateriores, como guía de su explicación la oración de San Francisco de Asis.
Algunas frases que rescato:
"Debo reescribir mi acuerdo con la realidad" refiriéndose a qué actitud tomar frente a situaciones "negativas"

"Si uno avanza confiado en la dirección de sus ensueños y acomete la vida que se ha imaginado para sí, hallará un éxito inesperado en sus horas comunes" Henry David Thoreau"Tu no tienes problemas, tu crees que los tienes". Un curso en Milagros



18 de julio de 2008

"Hay que pasar más tiempo con personas que con cosas"

Deforia Lane, directora de musicoterapia en el hospital Universitario de Cleveland (Ohio)

IMA SANCHÍS - 14/07/2008


"Para mí - decía Robert Schumann-, la música sigue siendo el lenguaje que me permite comunicarme con el más allá". Deforia Lane ha dedicado su vida a estudiar el poder transformador de la música. Es una de las mayores expertas en musicoterapia, disciplina en la que investiga y cuyos conocimientos aplica en tres centros estratégicos, uno de ellos especializado en cáncer y otro, en recién nacidos y niños. Canta a los enfermos, compone con ellos música
Tengo 60 años. Nací en Ohio. Estoy casada con un hombre maravilloso y tenemos dos hijos, de 26 y 36 años. Dirijo el departamento de musicoterapia en el Ireland Cancer Centre y el Rainbow Babies & Children´s Hospital. Obama representa una esperanza. Soy cristiana
¿Desde cuándo sabe que la música cura? 

A los 5 años percibí claramente la magia y la influencia de la música sobre las personas.

¿Cómo? 

Mi madre era muy modesta, pero cuando tocaba el piano se convertía en una gran persona. Mi padre no pudo estudiar, pero cuando cantaba era como un rey. Empleo la música y mi voz para ayudar a los enfermos en un gran hospital.

¿Y qué les canta? 

Las investigaciones demuestran que si un enfermo escucha la música que le gusta, mejora su estado general. Así que yo les pregunto qué tipo de música les gusta, y si me dicen que ópera, pues les canto ópera.

¿A los pies de la cama del hospital? 

Sí, y en los miles de casos que trato en el hospital desde 1976, todos documentados, queda claro que mejoran y necesitan menor cantidad de medicación. Mi repertorio, debido al gran abanico de edades que trato, ha de ser muy amplio.

¿A qué tipo de pacientes se enfrenta? 

Muchos niños con discapacidades tanto mentales como físicas, síndrome de Asperger, bebés prematuros, niños y adultos con desordenes psiquiátricos, enfermos terminales y moribundos.

¿Les acompaña en el paso de la vida a la muerte? 

Sí, y es una experiencia maravillosa, un momento mágico en el que se manifiesta un respeto muy profundo por la vida. Escuchando las cosas que son importantes para esas personas en tránsito, aprendo a vivir mejor.

¿Qué le dicen? 

Que pase más tiempo con personas que con cosas. Más tiempo amando a mi pareja, cuidando de mis hijos, compartiendo con mis amigos, que trabajando. Me insisten en que deje las preocupaciones de mañana a un lado, me advierten que el miedo a no tener es una gran trampa. Todos descubren, en esas circunstancias, la felicidad y el poder del momento presente. Y también me insisten en que ya es hora de que me vaya a casa.

Ya. 

A menudo siento que mi sabiduría es insuficiente para tratar con los enfermos; entonces ellos me dicen que pueden percibir las intenciones de mi corazón y que eso es lo esencial. Hay una frase que no estoy segura de que usted quiera escuchar...

Sí quiero, sí. 

Los creyentes dicen que la esencia de mi poder está más allá de mí. Conecto con ellos de una manera muy profunda. ¿Nunca le ha ocurrido estar con alguien y no necesitar decir nada para entenderlo todo?... En ese mutuo entendimiento profundo que roza la comprensión del todo, la música es un canal poderoso.

También tratará ateos y gente que teme a la muerte. ¿Cuáles son sus experiencias? 
Todas son hermosas. Yo escribo con los pacientes canciones en las que explican sus sentimientos, sus miedos. Y cuando hay que dar a los familiares malas noticias, los convoco alrededor de la cama y cantamos.

¿Todos juntos? 

Sí, el paciente, los familiares, las enfermeras, los médicos y yo; a todos les pido que canten conmigo o toquen un instrumento.

El médico debe de quedarse a cuadros. 
Algo sorprendido al principio, hasta que ve los resultados. Y en la mesa de operaciones también pregunto al paciente qué le gustaría escuchar, y junto con las enfermeras y los médicos le interpretamos esa música antes de que se duerma y cuando se despierta. Mientras le operan, le pongo auriculares.

Es usted increíble. 

Hay estudios que miden las variaciones cerebrales de pacientes sedados que escuchan la música que les gusta. Necesitan menos anestesia.

¿Qué historia le ha emocionado? 

Un hombre que sufría parkinson, con dificultades para hablar y que podía estar de pie pero no caminar. Utilizamos una canción muy rítmica de los años 40 que a él le encantaba y la técnica melodía entonación terapia,y conseguimos que hablara y caminara.

De nuevo increíble. 

Personas con afasia, gente que debido a un accidente cerebral no consigue articular palabra, consiguen recuperarse cantando. Es una técnica conocida.

¿En qué otros casos es útil la terapia de la música? 

En embarazos de riesgo, en bebés prematuros, niños que tienen a su madre en el hospital, familiares de enfermos crónicos y terminales, y es muy importante en el colectivo médico. Hemos empezamos a enseñar musicoterapia a los médicos residentes para combatir el estrés. El resultado les sorprende tanto, que todos acaban aplicando la musicoterapia a sus pacientes.

¿Qué otros estudios han realizado? 

Grabamos CD para los niños prematuros con canciones de cuna cantadas por sus madres y con su ritmo cardiaco, y esos niños salen antes de las incubadoras. Yo misma, cuando me diagnosticaron dos cánceres, creé un programa, Sing sister sing,escribí canciones que hablaban de mis temores y mis momentos de mayor felicidad.

¿Y? 

Me ayudó tanto, que creé un programa sobre mi propia experiencia dirigido a ese porcentaje de mujeres con cáncer y sin recursos que no quieren someterse a tratamiento. Conseguí que se sometieran y con éxito.


5 de julio de 2008

Mark Twain

*El perdón es la fragancia que derrama la violeta en el talón que la aplastó.

*Alèjate de aquellos que intentan menospreciar tus ambiciones. Gente pequeña siempre lo hace, pero los verdaderamente magníficos te hacen sentir que, tu tambien, puedes ser magnífico.

*Si respetas la importancia de tu trabajo, éste, probablemente, te devolverá el favor.

*Los obstáculos no son más que un condimento del triunfo.


Mark Twain

2 de julio de 2008

"Mi felicidad no depende de lo que me pase"



Dennis Genpo: "Mi felicidad no depende de lo que me pase"

Un desengaño amoroso le llevó a refugiarse en el desierto. Allí despertó de nuevo a la vida, y esa experiencia le inspiró la técnica de la Gran Mente.

www.elperiodico.es


GASPAR HERNÀNDEZ


--¿Cómo puedo calmar la mente?

--Dándote permiso. Para conseguir algo o ser alguien, primero tenemos que darnos permiso. Nuestra mente está muy ocupada, y no tenemos tiempo de conocerla realmente. Tratamos de aquietarla o de encontrar felicidad y gozo, pero es casi imposible conseguir una mente silenciosa sin darnos permiso. Y sin ningún tipo de técnica.

--Usted ha inventado la técnica de la Gran Mente, que bebe de la psicología.
--Sí. Es una técnica basada en el diálogo de voces, generado por dos psi- cólogos. Pero en el fondo viene de Jung y Freud. Se trata de convertirnos en presencia, despertar, consciencia. Siempre estamos buscando, tratando de encontrar algo, y en ese estado es imposible. Quien busca es el ego o el yo. Pero esa parte no es nuestra naturaleza esencial.

--¿Y cuál es?
--La que está en paz y no necesita nada. Mire, nuestra mente funciona como si tuviera una marcha puesta y no supiera entrar en punto muerto

--¿Cómo consiguió usted entrar en punto muerto?
--Un día, con 26 años, tuve problemas con una relación sentimental y decidí irme al desierto. Yo entonces tenía muchos problemas de diversa índole. Y cuando estaba solo contemplando la arena y las dunas tuve una gran experiencia de despertar. Mi vida entera se transformó.

--¿En qué sentido?
--Me di cuenta de que podía vivir totalmente en paz. El cerebro tiene dos raíles, como la vía de un tren. Está el raíl izquierdo y el raíl derecho. El izquierdo siempre quiere más, avanzar hacia adelante, no deja de pensar; el derecho es radicalmente lo opuesto: no va a ninguna parte pero ya está en paz. Son los hemisferios del cerebro. A partir de entonces me quedé en el raíl de la paz. Y estudié durante 24 años con un maestro zen, hasta que murió.

--Supuso un cambio radical en su vida porque, antes de esa experiencia, usted era hombre de negocios y deportista.
--Yo era un nadador muy disciplinado y competitivo. Entrenaba entre cuatro y ocho horas diarias. Mi maestro zen me dijo que nunca me da- ría cuenta de cuánto había obtenido de la práctica del deporte.

--Cuéntenos más cosas de los raíles de la vía de tren.
--El lado izquierdo es el hemisferio de la mente pequeña, el derecho es el de la gran mente. El izquierdo trabaja analíticamente, está limitado, constreñido, y nos separa del resto de la existencia. El derecho es creatividad, intuición, instinto; ahí no hay fronteras, no hay límites, no estamos separados de los otros seres y somos el mismo ser.

--¿En qué me puede ayudar su técnica de la Gran Mente?
--Te da la capacidad de ser libre y de poder elegir ante las decisiones. Yo experimento una felicidad incondicional. Mi felicidad no depende de lo que me pase. Por supuesto, cuando hay una razón para estar triste o enfadado puedo estar triste o enfadado, pero la tristeza o el enfado desaparecen muy rápidamente si lo deseo, y si estoy en ese lugar.

--¿Cómo es ese lugar?
--Es un lugar de vacío.

--Qué miedo.
--No, en absoluto. Es el momento presente.

--¿Cómo se aprende a estar en el presente?
--Estando. Cuando vivimos en el presente, estamos en la mente que no busca.

--¿A través de la meditación?
--Exacto. La meditación verdadera es estar con lo que sencillamente es. Y dejar que cualquier cosa surja, sin intentar controlarla o liberarnos de ella. Estar con lo que hay. Eso es.

--Pero el tiempo pasa, y cada vez más deprisa.
--El tiempo es un fenómeno interesante, porque es solo un concepto. Nunca respiramos en el pasado o el futuro, sino justo aquí y ahora. Los sonidos que oímos son los de ahora. Nunca oímos el pasado, a no ser que escuchemos la radio.

-¡La radio es presente!
--Quiero decir una grabación. Y lo mismo es aplicable a nuestros sentidos. Pensamos en presente, hablamos en presente y, en cambio, vivimos en el pasado o en el futuro, lo cual es una locura y nos hace disfuncionales. Por tanto, si queremos vivir una vida libre, tenemos que aprender a hacer este cambio para vivir en el presente.

--¿Y si alguien nos quiere mal?
--Los enemigos son nuestros maestros, siempre y cuando les permitamos serlo. De hecho, cualquier cosa puede ser nuestro maestro si queremos aprender. Cuando estamos despiertos, viviendo en el presente, todo nos enseña algo. Dejamos de ser víctimas y nos convertimos en señores de nuestra propia vida. Y en vez de ver a los demás como enemigos, los vemos como maestros.