15 de enero de 2012

Neale Donald Walsch


El trabajo de tu alma no se limita a ti mismo. El trabajo del alma es cuidar también el alma de los demás. Es cuidar a todas las almas. Así tu alma se dará cuenta de que hay realmente una sola alma, individualizada en innumerables formas.

13 de enero de 2012

"La felicidad es una decisión" - Sogyal Rimpoché – Lama tibetano

"La felicidad es una decisión"
La Vanguardia


“El mundo es como una olla y el corazón
es la cuchara; según como lo muevas la
comida saldrá buena o mala” 
Es muy difícil exagerar la importancia de
un texto como “El libro tibetano de la vida
y la muerte“: ha servido de inspiración a
muchos profesionales de la salud aquí
en Occidente, así como a profanos en
la materia que han reconocido la
importancia de lo que nos cuenta su
autor.


Tengo unos 56 años... Nací en Khan, en el Tíbet oriental. Soy lama tibetano y me dedico a la enseñanza del budismo en Occidente. Soy demócrata, pero ningún sistema garantiza la felicidad. Tu mente crea el mundo: ¡domestícala! El budismo ayuda a buscar la felicidad. Dios está en ti, es la realidad de tu naturaleza última: intenta saborearla

-¿Por qué interesa tanto el budismo en Occidente? 

-Porque los occidentales no son tontos, claro.

-¿Y qué vemos en el budismo? 

-Ustedes han visto ya cuánto sufrimiento mental padecen, y están descubriendo que el budismo puede ayudarles.

-¿Sufrimiento mental? 

-Depresión, neurosis, infelicidad... ¿Por qué? ¿Por qué, si disponen de tanta riqueza, avances, tecnología, confort...?

-Quizá porque todavía queremos más. 

-Vivirás en el mejor sobreático del mejor edificio sobre Central Park... y te tirarás por la ventana. ¿Por qué? Porque la felicidad sólo está en la mente. Todo está en los pensamientos. ¡Es la mente la que crea el mundo!

-¿Mi felicidad depende de mi mente? 

-Sí: sufrimiento y felicidad son creaciones mentales. Por eso la enseñanza principal del budismo es ésta: "¡Domestica tu mente!".

-¿Y en qué consiste eso? 

-En conquistar la mente: el budismo enseña a entrenarla para aplacar emociones negativas, angustia, descontento, infelicidad...

-¿Sufrimiento, en suma? 

-Sí. Entrenando la mente, es posible llegar al extremo de que cualquier suceso deje de parecerte adverso... para ser una bendición.

-¿Hasta ese punto? ¿Cómo conseguir eso? 

-A mí me ayudó esta frase que leí hace 30 años: "El agua, si no la remueves, se vuelve clara". Pues bien, la mente es como el agua.

-No hay que removerla. 

-La enturbian los pensamientos. Una mente calma es un cielo azul: los pensamientos son las nubes que lo tapan. ¡No te identifiques con esas nubes, y busca ver el cielo!


-Difícil: la vida es complicada y hay que darle tantas vueltas al coco... 

-¿Sí? "Todos los problemas del ser humano derivan de su incapacidad de sentarse solo en una habitación", escribió Pascal...

-Pero consuela tanto estar distraídos... 

-Nos distraemos de nosotros mismos con pensamientos: son astucias del ego que nos apartan de nuestra esencia, son falsas visiones a las que nos aferramos, nos apegamos.

-¿Tanto nos autoengañamos? 

-Escuche este cuento que narró Buda... Un mercader tenía una bella esposa y un hijo pequeño. La esposa enfermó y falleció, y el mercader cifró toda su felicidad en ese niño. Mientras estaba en un viaje, unos bandidos asolaron la aldea y se llevaron al niño. A su regreso, el mercader vio un cuerpo de niño calcinado y lo tomó por el de su hijo.

-Pobre hombre, cuánta desgracia... 

-Practicó una ceremonia de cremación del hijo, y conservó las cenizas en una bolsita de seda. Trabajaba, comía y dormía aferrado a la bolsa y a su desesperación, llorando...

-Comprensible... 

-Un día su hijo escapó de los bandidos y llamó a la puerta del padre. Era medianoche y el padre sollozaba junto a las cenizas. "¡Soy yo, papá!", gritó el hijo. El padre pensó que alguien le gastaba una broma cruel, y no abrió. El hijo llamó cien veces, inútilmente, hasta que se fue. ¡Nunca volvieron a verse!

-Ya veo: nos apegamos a nuestra verdad... 

-... y no sabemos dar la bienvenida a la verdad en persona cuando llama a la puerta.

-Pues ayúdeme a estar abierto y alegre. 

-Cada vez que vea o hable con otra persona, piense que esa persona es usted.

-Buen ejercicio... Y difícil. 

-Entrene su mente en eso. Verá qué bien.

-¿Y si yo me odio? Odiaré a todos, pues. 

-Haga este ejercicio: inspire, y a cada inspiración imagine que recoge usted todo el dolor, desgracia, angustia y sufrimiento de los otros; y espire, y a cada espiración difunda hacia los otros bondad, consuelo, amor.

-¡Se supone que el que estaba mal era yo! 

-Precisamente: tus males derivan de preocuparte tanto de ti mismo, del yo, yo, yo...

-Pero si estoy sufriendo yo... 

-Yo, yo...¡Ábrete al sufrimiento de los otros!: eso es la compasión. Y empieza a meditar: quieto, concéntrate en tu respiración, obsérvala, eso sosegará tu mente. La práctica de la meditación conduce a la paz interna.

-La panacea, lo que todos buscamos... 

-Lo que te digo no es cuestión de fe: te bastará con probarlo y saborearlo por ti mismo.

-¿Qué tipo de paz interna es esa? 

-La falacia del ego se disuelve, las emociones negativas pasan... Eso es la sabiduría: como la compasión, está también dentro de ti.

-¿Basta con ponerse a meditar? 

-Poquito a poco... Pero si lo intentas, te llenará de tanta alegría y fuerza que querrás seguir. Hoy los estudios médicos ya han probado los múltiples beneficios psicosomáticos de la meditación (sabiduría) y del amor (compasión): el ritmo cardiaco se equilibra, el sistema inmunológico se refuerza...

-Entonces el Dalai Lama estará perfecto... 

-El Dalai Lama es un hombre bueno, y verle estimula a la humanidad a intentarlo.

-La humanidad insiste en la barbarie, Occidente en especial: ¡no somos tan inteligentes! 

-Sí, sí lo sois, pero sucede que aún ponéis la inteligencia al servicio de la ignorancia.

-¿Qué ignoro? 

-Que puedes tomar la decisión de ser feliz.

-Pero hay dolor, sufrimientos, heridas... 

-Sí, pero no seas ignorante: ¡no te dejes engañar por todo eso, no te identifiques con eso! Ésa es una visión errónea, ignorante.


-No es nada fácil. 

-Ya: si hace mucho que no te duchas, al hacerlo saldrá mucha mugre y te asustarás. Si perseveras, el agua saldrá limpia. Persevera.

3 de enero de 2012

Mentes Brillantes - Don Miguel Ruiz

"Celebra cada momento" - Lou Marinoff, doctor en Filosofía de la Ciencia


Por Ima Sanchis- La Vanguardia


Sereno y feliz
Cuando se le acabaron las becas y el dinero, el joven Marinoff no tuvo más remedio que refugiarse en una cabaña en el bosque. Ahora vive en una cabaña muuuucho más grande, de la que sale para impartir sus clases y aconsejar a líderes mundiales, presidentes de compañías que figuran en el ranking de Fortune 500 y premios Nobel. Su compañía es apreciada, y no me extraña, este solitario tiene don de gentes y regala simpatía. Quizá hayan influido sus 11 años de formación taoísta con el gran maestro Sing Ming Li. Si uno está en armonía con el mundo, dice, es imposible ser infeliz. Publica El poder del Tao (Ediciones B), el camino que Lao Tse dibujó hace más de 2.500 años para vivir sereno y feliz.


Lou Marinoff, doctor en Filosofía de la Ciencia

Tengo 60 años. Soltero, un hijo. Nací en Canadá y vivo en el bosque, a una hora de Nueva York, donde soy profesor y catedrático de Filosofía en el City Collage. Aconsejo a líderes mundiales. Nos gobierna la economía, no la política. Hay algo más en nosotros aparte de carne.


Bonita corbata...
Gracias, la llevo para recordar el camino del Tao.

... Muchos yin-yang pequeñitos.
Es el centro de la filosofía taoísta. En Occidente dividimos todo lo conocido en opuestos: día y noche, bueno y malo... Para los chinos todo está en equilibrio: la oscuridad contiene la claridad y viceversa. Es un concepto importante, tiene implicaciones en todos los campos.

Sorpréndame.
En toda pérdida (amor, trabajo, posesiones) hay algo de ganancia. Hay que conectar con esa parte beneficiosa de las situaciones negativas. La adversidad es una prueba de la fortaleza del carácter. Superar las adversidades te hace más fuerte y más sabio.

Las enseñanzas de Lao Tse (siglo VI a.C.) ¿todavía son válidas?
Más que nunca. El Tao se fundamenta en tres ideas filosóficas valiosas. La primera es la complementariedad: todas las cosas forman parte de un todo, cualquier acto que se acometa tendrá repercusiones.

Pero estamos condenados a actuar.
Sí, y debido a la sociedad, las costumbres, las leyes..., la senda de la acción es muy confusa, el Tao propone fluir, y hay un ejemplo muy llamativo en Holanda, donde han descubierto cómo reducir accidentes y atascos.

¿...?
La solución al caos de la convivencia de coches, peatones, bicicletas y tranvías se llama espacio compartido. Han eliminado todas las señales de tráfico, pasos de peatones e intersecciones controladas. ¡Y funciona! Librarse de todas esas sendas definidas en exceso permite que todo fluya.Y tiene que ver con la segunda gran lección: la armonía.

Todos la buscamos.
Se alcanza equilibrando la diversidad, no imponiendo una uniformidad. Nacemos como un bloque intacto, luego la vida te va tallando y haciendo que adoptes formas extrañas. Para Lao Tse se trata de volver a ser ese bloque intacto, es decir, que las fuerzas exteriores no te modifiquen. Y no es una teoría, es una práctica.

¿Y en qué consiste?
Regular la respiración, apagar la mente. Si dependes de la mente, del ego, tu estado será como el tiempo: variable, ahora estoy triste, ahora contento.

Pero la vida es cambio continuo.
Sí, esa es la tercera lección. Los taoístas fueron los primeros en darse cuenta de que los cambios son legítimos, no accidentales. Hay que volverse flexible. La mayoría de la gente es rígida, y eso es causa de infelicidad. Uno cree que el mundo tiene que ser de cierta manera y cuando el mundo no encaja en esa idea no sabes cómo afrontarlo.

¿Qué palabras del I Ching han influido más en su vida?
"No aventurarse a adelantarse al mundo", saber decidir cuándo actuar y cuándo no actuar. A veces has de saber retirarte a tu interior, y eso implica modestia y humildad. Cuando terminé la carrera y me quedé sin becas y sin dinero me retiré a una cabaña en el bosque. Prácticamente me autoabastecía: pescaba, cultivaba...

¿Fue feliz?
Fueron los dos mejores años de mi vida. Escribí la tesis y una novela. Diez años después me invitan a Davos para hablar con los líderes mundiales. De ser invisible he pasado a la montaña mágica.

¿Cómo saber cuándo actuar y cuándo no?
Haz bien lo que haces y la gente te descubrirá e irá en tu búsqueda. Y eso te convertirá en una persona más feliz. No hay que forzarse a estar en el mundo, no hay que ir contra el Tao.

¡Pero si el Tao es indefinible!
Cierto, es un camino en el que cada uno es su propio barómetro: si estás infeliz o insatisfecho, estás yendo en contra del Tao. Una de las claves de la serenidad taoísta es la capacidad de entrar en contacto con nuestro complemento interior. El yang es creativo, asertivo y racional. El yin es receptivo, flexible, amable e intuitivo.

Lo femenino y lo masculino.
Si en una relación hombre y mujer descuidan sus complementos interiores, corren el riesgo de convertirse en polos uno de otro.

"Lo débil puede vencer a lo fuerte y lo blando a lo duro".
Es una de las mejores enseñanzas. Lao Tse nos invita a ir por la vía blanda, es más poderosa. El agua, yin, fluye, no tiene una forma definida, pero pulveriza las rocas. Los labios son los que protegen los dientes.

¿Cuáles son los tres venenos del Tao?
La ira, la envidia y la avaricia, porque impiden la felicidad. La ira convertida en acción se multiplica. Pero si cuando estás enfadado te detienes, desactivas la ira.

No hay nada como tomar perspectiva.
Le preguntaré lo mismo que a mis alumnos: "¿Cuál es la causa principal de la muerte?".

El nacimiento.
Exacto, todo lo que nace muere, sólo es cuestión de tiempo. La vida es un maravilloso regalo temporal, y cuando recibimos un regalo debemos ser agradecidos. Y puesto que todo regalo de vida viene con fecha de caducidad, cada momento es valioso.

Sí, hay que celebrarlo.
Mientras considere que hay que celebrar la vida cultivará el bienestar. El problema surge cuando lo que tienes lo das por hecho, entonces dejas de valorarlo y de agradecerlo y el bienestar se diluye.