10 de septiembre de 2008

"Aproveche los atascos para meditar" Ricard Rotllant

LA ENTREVISTA CON RICARD ROTLLANT, MONJE BUDISTA

Ricard Rotllant: "Aproveche los atascos para meditar"

www.elperiodico.es

Asegura que se puede meditar en un minuto, en el metro o en un atasco. Él lo hace a través de la radio, con el objetivo de que más gente alcance la felicidad.





GASPAR HERNÀNDEZ
--¿Qué es meditar?
--Mantener nuestra mente completamente enfocada en una sola cosa.

--¿Durante cuánto tiempo?
--El que queramos.

--¿Con qué objetivo?
--Superar estados mentales burdos y recuperar el estado mental sutil.

--¿Qué es un estado mental burdo?
--Aquel en el que la mente está conceptualizando lo que recibe a través de los sentidos físicos. El sutil es el estado natural de la mente. Lo tenemos todos, pero de entrada no sabemos conectar con él.

--No lo comprendo muy bien.
--Un ejemplo. A través de mis ojos llega una imagen al cerebro, mi cerebro la transmite a la mente, y en la mente se produce un concepto: me gusta, no me gusta. La mente burda es esa: la que trabaja conceptualizando a cada instante.

--O sea, que todo el día funcionamos con la mente burda.
--Pues sí, demasiado. A no ser que practiquemos meditación.

--¿Se puede meditar solamente un minuto?
--Sin duda. La mente se puede enfocar un minuto en una sola cosa. Mi intención es tratar de hacer llegar al máximo de gente posible, a través de la radio, el poder de la meditación para alcanzar la felicidad. La meditación es una técnica precisa y rápida para alcanzar la felicidad.

--¿Más que el yoga?
--Son la misma cosa.

--El yoga sería meditación en movimiento.
--Sí, exactamente. Cuando hacemos yoga hacemos meditación, y cuando practicamos meditación desde la mente trabajamos el cuerpo. Es muy diferente de la gimnasia normal. Mientras hacemos gimnasia podemos mirar la televisión o pensar en la compra del súper, y la mente va por un lado y el cuerpo por otro. Eso no sucede en el yoga. Si se practica bien, el cuerpo y la mente van al unísono.

--¿Podemos meditar paseando?
--Sí, hay prácticas específicas. Se trata de observar cada paso que damos de forma consciente. No tener la mente en otro lugar mientras caminamos.

--¿Y se puede meditar en el metro?
--Por supuesto. Un maestro del Tíbet explicaba que a veces envía a sus discípulos al mercado, o a sitios donde hay mucha gente, para comprobar el nivel de concentración que han adquirido durante la práctica en su retiro. Si estás en el metro y tu mente se va, arrastrada por los sonidos y las imágenes de la multitud, mal asunto.

--¿Y en un atasco?
--Aproveche los atascos para meditar. Son una magnífica oportunidad. ¡En un atasco de tráfico no se puede hacer otra cosa mejor! Si generamos enfado o ira, nos perjudicamos a nosotros mismos, y a la larga podemos enfermar. Ponga la espalda recta, relájese y medite.

--¿Y en qué me concentro?
--Por ejemplo, en un objeto que cuelgue del retrovisor. Lo mira, lo recuerda, y después lo visualiza con los ojos cerrados.

--¿Y la respiración?
--Es la base. Parece muy sencillo, pero concentrarse en la respiración es difícil.

--A veces, meditando, me duermo.
--Puede pasar. Es porque no tiene la mente demasiado trabajada.

--¡Muchas gracias!
--No se preocupe, suele ocurrir. Durante la meditación pueden surgir varios obstáculos: los más importantes son el sopor y lo contrario, la excitación, la incapacidad de tener la mente concentrada en una sola cosa. A veces la mente es como un elefante llevado por un mono.

--Cuando alguien medita ¿es feliz?
--Sí, porque está en el camino que le llevará a trascender todos sus problemas básicos.

--¿Qué experimenta usted?
--Gozo profundo, paz, calma. Me siento libre de la cárcel egótica, muy abierto y liberado.

--¿Cuánto se tarda en llegar hasta este punto?
--Un buen meditador tarda poco, pero hay que entrenarse hasta llegar ahí. La mente es una musculatura y hay que entrenarse como cuando se va al gimnasio. Al principio recomiendo meditar poco rato; después ya estaremos más tiempo.

--¿Qué postura es más adecuada?
--La que favorezca que el cuerpo no sea ni una distracción ni un estorbo. Si nos sentamos de una forma correcta, con las piernas cruzadas y la espalda muy recta, pero nos duelen las rodillas, no meditaremos bien. Es recomendable estar cómodo, tener la espalda lo más recta posible para que las energías fluyan correctamente, y así la mente se estabilizará más. Si relajamos el cuerpo, es más fácil relajar la mente.

Rita Pitka Blumenstein, de la tribu yupik, en Alaska, en pleno Círculo Polar Ártico.


Ella es una de las componentes del Consejo Internacional de las 13 abuelas indígenas, sabias en sus tribus, que creen que su cosmovisión puede ser útil en este mundo de hoy

www.elpais.es




"Hemos de permitirnos ser nosotros mismos; tomaos vuestro tiempo; considera y respétate a ti mismo; estate abierto y verás cómo tus necesidades se cumplen; en resumen: sé quien eres y di lo que sientas; el resto no importa"

"El espíritu está siempre, sólo tienes que escuchar, pero hay demasiado ruido ahora en el mundo"

"Tu cuerpo es un pájaro, está bien cuando hay equilibrio entre cuerpo y espíritu; no se puede volar con un ala rota"

"Hago hablar de tus emociones y, como si fueran capas, las quitamos juntos; los problemas físicos vienen de cosas ocultas en uno".

"El poder reside en caminar las propias palabras"

Agnes Baker, líder espiritual y guardiana de la Ceremonia Sagrada del Salmón
"El poder reside en caminar las propias palabras"
IMA SANCHÍS - 10/09/2008

www.lavanguardia.es

Un repentino viento

Las trece abuelas indígenas recorren el mundo porque según las profecías de las distintas tribus ha llegado el momento de un salto evolutivo, de la alianza entre todos los pueblos de la Tierra por el bien de la vida. Están dispuestas a compartir sus secretos y gracias a la asociación de mujeres Arboleda de Gaia encendieron su fuego en España. Cuenta Carol Schaefer en La voz de las trece abuelas que cuando Agnes Baker anduvo en círculo alrededor del primero de los fuegos, en la tierra de los iroqueses, se levantó un repentino viento en torno a las abuelas, pero ni una sola hoja de los árboles que había alrededor se movió. "Las abuelas del otro lado han llegado - dijo Agnes- y nos dan su bendición".



Nací en Oregón. Enviudé dos veces y me he casado tres. Tuve 6 hijos, perdí al mayor y al más joven. Tengo 18 nietos, 27 bisnietos y una tataranieta. Con más de 50 años me gradué en Psicología y en Estudios sobre Pueblos Indígenas
Americanos y soy profesora en la universidad


Dicen que sus rituales han multiplicado el número de salmones.

Sí, son datos objetivos. La Ceremonia Sagrada del Salmón permaneció olvidada durante más de 150 años, desde que los buscadores de oro llegaron a los ríos del sudoeste de Oregón, masacraron a mi pueblo, acabaron con una cultura milenaria y contaminaron las aguas.

¿Y qué hace usted para remediarlo?

Agradecer al pueblo salmón su sacrificio para alimentar a la humanidad. Verá, después de un largo viaje corriente arriba, la hembra del salmón llega exhausta al lugar en el que nació y deposita sus huevos, luego se deja arrastrar por las aguas y comienza a morir.

Eso es entrega...

Con su cuerpo alimenta a 33 clases de pájaros y otros 44 tipos de animales que beben del río y se llevan sus minerales para depositarlos en la tierra.

Sus ancestros, los indios siletz, vivieron durante miles de años junto al río Rogue.

Cuenta la leyenda que los salmones eran seres como nosotros, de dos piernas, que vivían en una preciosa ciudad bajo el agua del mar. Su espíritu, el espíritu del pueblo salmón, decidió volver todas las primaveras y todos los otoños, y tomar la forma del salmón para alimentarnos.

¿Y su ceremonia los multiplica?

Así es, y gracias a ella los habitantes de los pueblos de la región están cada vez más conectados a la tierra. Reconocer es ver, se trata de la ley de la reciprocidad, todo está interconectado. Los rituales crean la energía de la reciprocidad a través de la cual la Creadora puede actuar.

¿Usted es su instrumento?

Las abuelas somos la voz de los que no tienen voz, porque el aire no tiene voz, el agua y sus habitantes no tienen voz, el verde del rostro de nuestra Madre Tierra no tiene voz; no lo tiene
el reino animal. No lo tienen los animales de cuatro patas, ni tampoco los de una sola pata (los árboles), ni los que se arrastran por el suelo. ¿Y sabe qué?

...

Hay mundos invisibles tan reales como este.

¿Cómo lo sabe?

Mi bisabuela fue una chamana muy poderosa, como lo fueron mi abuela y mi madre. Desde niña me educaron para ser
una mujer medicina y ya entonces mi bisabuela me dijo que cuando yo fuera abuela formaría parte de un consejo de ancianas sabias que recorrerían el mundo para explicar sus secretos y devolver a la gente la conexión con el espíritu. Pero yo siempre me resistí al camino espiritual hasta que caí enferma.

¿Qué le ocurrió?

Cáncer, me quitaron un pecho y parte del intestino, meses de quimio y radioterapia. El sufrimiento era tan grande que rogué morir, pero la Creadora fue insistente y acabé aceptando mi camino. Entonces el sentido de la vista se me agudizó y comencé a poder ver físicamente con los ojos cerrados.

Se matriculó en la universidad con 50 años: ¿para qué, teniendo ese poder?

Quería entender también mediante la razón quién era y de dónde venía. Recuerdo que miré en mi armario y sólo vi ropa masculina. Yo conducía camiones. Compré volantes y collares.

¿Por qué hizo eso?

Entendí que la mitad de mi ser estaba ausente, debía recuperar la sabiduría femenina para estar en equilibrio, para ser uno con todo. Está en mis manos mantener el templo limpio.

Tener la mente y la intención inmaculadas es casi una utopía.

Sírvase del silencio y la fe en la vida, porque dentro de cada uno de nosotros vive el espíritu que no se ve pero se siente, es como un aliento. Debemos volver a nuestro espíritu interno, que es el espíritu de todas las cosas, un mundo al que se accede también a través de la naturaleza. Así obtuve la fuerza para recorrer el camino.

Usted es psicóloga, ¿fue la idea de ella o fue la Creadora quien la visitó?

La vi como la veo a usted ahora, y puso amor en mi corazón para gente que yo ni siquiera conozco.

Eso es amor mayúsculo.

Quiero ayudar a las mujeres para que se levanten y tomen su poder, quiero detener el abuso a los niños y a
las madres, primeras víctimas de los conflictos. Quiero que la gente ame a sus abuelos porque son los guardianes de la sabiduría. Quiero que cada ser esté orgulloso de sí.

Se cumplió la profecía de su bisabuela. Sí, al ser la mayor fui convocada para ser la presidenta del Consejo Internacional de las
Trece Abuelas Indígenas. Sumamos 846 años de sabiduría, somos mujeres muy poderosas, caminamos nuestras propias palabras y eso en sí mismo ya es muy poderoso.

Sea mi abuela.

Lo soy, vamos a sembrar de amor el mundo. Las mujeres jóvenes son aprendices de ancianas y el gran aprendizaje es respetarse a uno mismo.
Cuidad vuestros cuerpos, sed verdaderas, caminad vuestras palabras, aprended a estar contentas, a reíros, tened un buen espíritu.

¿Camina por el centro de tu camino?

Eso es. Hace poco estuve con el Dalai Lama y también con el Papa...

¿Y?

Es cómo os cuidáis los unos a los otros lo que os llevará a cualquier cielo.