22 de mayo de 2013

"Si tienes a tu madre bien integrada en ti, ¡brillarás!"


Bert Hellinger, creador de la psicoterapia de constelaciones familiares

VÍCTOR-M. AMELA  - 15/10/2009

Estudió filosofía, teología, pedagogía, fue misionero católico y hoy es uno de los psicoterapeutas más controvertidos, padre de las constelaciones familiares, pujante sistema de aproximación y resolución de conflictos psíquicos. Ver uno de sus talleres asombra: misteriosamente se generan movimientos entre personas que no se conocen y que representan a otras. "¡Desconocemos las fuerzas que nos albergan!", resume Hellinger.







Tengo 83 años. Nací en Alemania, y allí vivo. Viajo por todo el mundo para dirigir talleres de constelaciones familiares. Estoy casado. No tengo hijos. No hablo de mis ideas políticas ni de mis creencias: ¿en qué podría serle útil eso a alguien? La madre es la conexión a la vida

Qué recuerda de su madre?

¿Puede informarme antes sobre  qué asuntos le interesa tratar en esta entrevista?

 De su psicoterapia. Pero, antes, un poco de su vida.

¿Mi vida? Mejor hablar de asuntos útiles para sus lectores, más que de circunstancias de mi biografía.

De acuerdo, pero creo que conocer su vida puede ayudar a entender su método. ...

¿Qué recuerda de su juventud bajo el nazismo? ...

El catolicismo de sus padres les blindó de aquella barbarie, he leído.

Proponga un tema, y centrémonos en eso.

De acuerdo: la madre. Sostiene que la figura materna moldea nuestra psique.

¡La madre está en el fundamento de nuestra felicidad! Si estás en buena conexión con tu madre, brillas.

¿Brillas?

Si uno tiene bien integrada psíquicamente a su madre, irradiará alegría, la gente le amará, triunfará en su vida, brillará...

Pues por eso le pregunto por su madre.

 
Si amamos a nuestros padres tal como son, si decimos "sí" a lo que son y, sobre todo, si estamos contentos de que nos pariera nuestra madre, ¡brillaremos de felicidad!

Fue usted sacerdote católico, misionero entre los zulúes durante 16 años... ...

¿Qué aprendió allí?

Jamás vi un niño zulú irrespetuoso con sus padres, con sus mayores, sus antepasados... ¡Sería inconcebible para un zulú hablar mal de sus padres!

Dejó usted el sacerdocio católico al hacerle alguien cierta pregunta... ...

"¿Qué es más importante para ti: tus ideales o las personas?", le preguntaron. ...

Recapacitó y regresó a Europa hace 30 años para formarse en psicoterapia.

 
No hablo de mí: no es tema. Pregúnteme algo que sea útil a los que lean esto, por favor.

Ideó un método psicoterapéutico: las constelaciones familiares. ¿Qué es eso?

¿Está dispuesto a escuchar cosas que puedan parecer algo extrañas?

No será la primera vez, no tema.

 
Cuando alguien tiene un bloqueo, un conflicto, un nudo, y quiere abordarlo para resolverlo, yo lo coloco en el escenario del taller de psicoterapia, o bien coloco a alguno de los presentes para que le represente...

¿Aunque no se conozcan entre ellos?

Aunque no se conozcan, ni aunque el representante sepa nada del representado.

¿Y qué sucede entonces?

Que el representante hace algo, mira a algún lado, se mueve... Si mira al suelo, está mirando a alguien muerto, quiere morir... Coloco ahí a otra persona que represente al muerto. Los movimientos se suceden y van expresando el conflicto...

¿Qué mecanismo está operando ahí?

No busque explicación científica. Lo cierto es que ahí se manifiestan las fuerzas que nos traspasan. A cada representante le invaden las emociones de los representados, el conflicto se manifiesta en esos movimientos impredecibles.

¿Y qué papel desempeña usted?

Ninguno. Sólo siento y observo lo que sucede. La figura de la madre es representada siempre en algún momento. No necesito preguntar, sólo veo qué pasa. En el caso de personas con fracasos en su vida personal y profesional, siempre es lo mismo: ¡desconexión con la madre!

¿Sí? ¿Y puede eso repararse?

Puede. A menudo se reencuentra con la madre, se abrazan, respiran hondo... ¡Se han reconectado! Esos movimientos han unido lo que estaba separado.

¿Nuestros fracasos e infelicidad vienen de escisiones con la madre, pues?

Sí. Muchos empresarios fracasan porque reproducen con su empresa la misma relación de rechazo que mantienen con mamá.

¿Y qué pinta el padre en todo esto?

La madre nos conecta a la vida y el padre nos conduce a la vida social.

¿Qué pasa con el recién nacido cuyos padres se separan?

Si los padres acuerdan seguir desempeñando sus respectivas funciones de padre y madre, nada grave.

¿Y si la madre menoscaba la figura del padre ante el hijo?

Si una madre menoscaba o hurta la figura del padre, incapacita a sus hijos para el éxito social y siembra en sus hijos una rabia... que un día ellos le devolverán.

¿Por qué existe hoy tanto niño tirano?

 
He visto a un niño de dos años agresivo: ha absorbido la rabia que su madre no asumió por un aborto... A veces el niño capta que papá o mamá no quiere vivir, y es agresivo para atraer su atención hacia la vida.

¿Por qué tantas mujeres asesinadas?

Víctimas de los hombres por centurias, las mujeres hoy miran a los hombres con rabia acumulada... y algunos hombres reaccionan criminalmente a esa mirada.

Aconseje a una chica a punto de parir.

 
¿Quieres parir de verdad? ¿O sólo que te extraigan al bebé sin enterarte?: anestesia y cesárea hurtan al niño su primera oportunidad de luchar y su gran ocasión de obtener una victoria en esta vida. ¿Podrá una criatura con este comienzo imponerse luego en la vida y triunfar? Difícil, difícil...

"Si quieres otra realidad, debes convertirte en otra persona" Joe Dispenza


Tengo 50 años. Nací en Nueva Jersey y vivo en las afueras de Seattle. Casado, tres hijos. Me especialicé en cardiopatía e imagen cerebral. Soy profesor en la Universidad de Atlanta. Creo que tenemos capacidad de crear nuestra vida y que a través de nosotros se expresa lo divino



La ley del cambio
Nuestra personalidad y nuestra realidad se han construido según cómo pensamos, actuamos y sentimos. Con mucha disciplina, entrando a diario en nuestro cerebro, podemos, según Dispenza, crear nuestra realidad. En su último libro, Deja de ser tú (Urano), explica cómo y propone un aprendizaje de cuatro semanas. Quiropráctico con una vida de película, tuvo una lesión que le hizo replantearse las capacidades de nuestro cerebro y se convirtió en bioquímico y neurocientífico. "Primero investigué las remisiones espontáneas de enfermedades y analicé qué tenían en común las personas que lo conseguían. Luego decidí reproducirlo, y todo lo que es reproducible se convierte en una ley".



Lleva años defendiendo que podemos llegar a controlar nuestra mente y la realidad.
La mente determina la experiencia exterior, porque todo se reduce a campos de energía, de modo que nuestro pensamiento altera constantemente nuestra realidad. Es posible cambiar circunstancias de la realidad si sabemos cómo.

Pues debo de ser muy torpe.
Si sostiene los mismos pensamientos, si lleva a cabo las mismas acciones y vive con los mismos sentimientos y emociones, su cerebro y su cuerpo seguirán igual; pero cada vez que aprende algo establece nuevas conexiones que cambian físicamente su cerebro.

Nos pasamos la vida aprendiendo.
No todos. Aun así, aprender no es suficiente. Has de aplicar lo que aprendes, y cuando empiezas a experimentar las emociones de esa experiencia, entonces literalmente das nuevas señales a tus neuronas y creas nuevas sinapsis: a eso se le llama evolución.

Si fuera tan sencillo...
Siempre estamos creando un futuro, lo que pasa es que solemos crear el mismo, reafirmamos nuestra personalidad. Vivimos dirigidos por una serie de pensamientos, conductas y reacciones emocionales memorizados (temor, culpabilidad, falta de autoestima, enfado, prejuicios...) que son muy adictivos y que funcionan como programas informáticos instalados en el subconsciente.

¿Dónde está el cambio?
En ser más grande que las circunstancias de tu vida. O somos las víctimas de nuestra realidad o los creadores.

Suena a autoayuda.
Si analizamos grandes personajes de nuestra historia, vemos que todos ellos pensaron e imaginaron un futuro el suficiente número de veces como para que su cerebro cambiara literalmente, hasta el punto de que sentían esa experiencia deseada como si ya hubiera sucedido.

Primero crearon el cambio en ellos.
Cambiar significa ir más allá del entorno, el cuerpo y el tiempo. Podemos hacer que el pensamiento sea más real que cualquier otra cosa, y lo hacemos a diario: si estamos conduciendo por una carretera pero concentrados en nuestro pensamiento, no vemos la carretera, no sentimos nuestro cuerpo y no sabemos cuánto tiempo ha pasado. Ese estado es el que utilizamos para crear.

Absortos en la emoción.
Pero la mayoría de las personas están pensando en sus problemas en lugar de pensar en las posibilidades.

Pero pensar en algo no lo hace real.
Una vez tenemos una visión, nuestro comportamiento debe responder a las intenciones. La mente y el cuerpo deben trabajar juntos. Tenemos que escoger de manera distinta de como hemos escogido para que pueda suceder algo nuevo. Si quiere crear una nueva realidad personal, tiene que, literalmente, convertirse en otra persona.

¿Cómo?
Mediante un programa de meditación desligada de misticismos que pretende que el cerebro y el cuerpo no respondan de forma predecible. Se trata de que se convierta en una habilidad, de abrir la puerta del sistema operativo, de todos esos programas subconscientes donde realmente ocurre el cambio.

Pongamos, por ejemplo, la ansiedad...
El escáner de alguien con ansiedad o con depresión es el mismo: el cerebro empieza a segregar química como si eso que teme la persona estuviera sucediendo, y con el tiempo esa química se convierte en adictiva.

¿Cómo salir del bucle?
Meditación significa familiarizarse con. Si haces conscientes tus pensamientos y tus hábitos automáticos y observas las emociones, empiezas a objetivizar tu mente subconsciente. Si te familiarizas con los aspectos de ti mismo que crean la ansiedad (o lo que quieras cambiar), durante la vigilia observarás cuándo empiezas a sentirte de esa manera y serás capaz de cambiarlo.

¿Y a partir de ahí?
... Si decides quién quieres ser, cuál es el gran ideal de ti mismo, qué pensamientos quieres tener, qué conductas quieres demostrar, qué emociones quieres experimentar; si te recuerdas cada día quién ya no quieres ser y quién quieres ser y empiezas a pensar en nuevas formas de ser, cuanto más pienses en ello y más lo planifiques, más estás instalando los circuitos en el cerebro.

Cuanto más te observes a ti mismo, menos serás tú mismo.
Exacto. Si podemos enseñar al cuerpo a confiar en el futuro y vivir en la alegría, creamos nuevas conexiones. Una atención clara y una emoción elevada cambian el destino. Pero requiere disciplina. El simple pensamiento positivo no funciona, porque la negatividad está instalada en el subconsciente. Los cambios verdaderos consisten en ser consciente de tus reacciones inconscientes.

¿Y qué dicen sus colegas?, ¿le tratan de esotérico, chiflado...?
Hay una división intelectual: tengo colegas que defienden teorías similares a las mías y somos tan científicos como los que defienden modelos más convencionales. Pero yo propongo que se pruebe y se juzgue.
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