28 de septiembre de 2011

John O’Donohue

Tu amigo noble no aceptará la pretensión, sino que te enfrentará a tu propia ceguera con amabilidad y firmeza. Nadie puede ver la vida en su totalidad. Al igual que existe un punto ciego en la retina del ojo humano, también existe en el alma una parte ciega que no puedes ver. Por lo tanto, dependes de la persona a quien amas para ver lo que no puedes con tus propios ojos