27 de mayo de 2013

GPS mental o cómo definir mejor el rumbo



Creencias 

POR LUIS AUBELE / ESPECIAL PARA CLARÍN BUENA VIDA

Estamos condicionados por lo que creemos y pensamos. Reformularlo es posible, pero requiere decisión y constancia. La psicóloga Cecia Antonini, autora del libro "GPS mental. para llegar adonde quieras", explica cómo lograrlo.








“GPS son las siglas en inglés de Sistema de Posicionamiento Global, un dispositivo que permite al conductor de un vehículo conocer cuál es la mejor ruta para llegar a destino. Haciendo un paralelo con el GPS de los autos, que se maneja con cuatro satélites que se triangulan, hice un paralelo y así pude crear el GPS de la mente, el GPS mental”, explica Celia Antonini, psicóloga y autora de GPS mental, para llegar a donde quieras. 
  
Alcanzar un nuevo lugar

“Los cuatro satélites mentales que tenemos los seres humanos son los pensamientos, las emociones, las creencias y la autoestima. La combinación de estos factores hacen que uno pueda conocer dónde está ubicado y cual sería la mejor ruta para evitar obstáculos y alcanzar un nuevo espacio”, agrega. 

Para la autora, la mente está conformada como el mapa de una ciudad, pero no hay dos ciudades iguales, son todas distintas. “A lo largo de la vida, cada uno de nosotros va conformando un mapa con obstáculos, como calles sin salida o avenidas a  contramano, autopistas e incluso lugares como Parque Chas, donde uno entra, se pierde y no puede salir. Todo, producto de influencias familiares, creencias, nivel cultural, nivel socioeconómico. Todas estas influencias van conformando determinadas rutas”. 

Vivir de otra manera

Como agarrar un lápiz e ir marcando caminos, hay gente que hace mapas con menos obstáculos, y otras que construyen mapas difíciles, intrincados y que no les permiten salir del lugar donde están. 

“Cada uno de nosotros vive de acuerdo al mapa que ha conformado, pero la mayoría de las veces lo que queremos es vivir de otra manera, tener otro mapa. La única forma es poder analizar dónde estamos, pero lamentablemente pocas veces nos tomamos tiempo para saber en donde nos encontramos y a qué lugar queremos llegar. Muchas veces estamos estancados y lo peor, no nos damos cuenta que no podemos avanzar.”

Un sistema de rescate 

En el libro, la autora utiliza señales de tránsito convencionales al comienzo de cada capítulo para indicar los obstáculos que se interponen en el sendero  hacia nuestra realización. Por ejemplo: Salida de emergencia. Y al final del capítulo, realiza una síntesis de la ruta a seguir: “Recuerde: ¡Usted puede rescatarse a sí mismo! Su sistema de rescate lo tiene a mano. Utilícelo cada vez que se encuentre en emergencia emocional.”

Para Antonini, una de las cosas más difíciles es observarnos a nosotros mismos. Entonces, las señales de tránsito son un buen recordatorio para que cada vez que las veamos podamos tomarlas como un alerta. 

Cambiar el mapa 

“Este es el concepto más importante que tiene el GPS mental, que uno puede modificar cualquier ruta, cualquier camino. Lo que implica un trabajo continuo sobre los obstáculos que en algún momento de nuestra vida nosotros mismos hemos puesto.”

Sin embargo, si bien todo el mundo entiende cuando se le habla de modificaciones a nivel mental, no todos están dispuestos a pagar el costo que implica. 

“Y en realidad, el costo no es tan caro, no es algo difícil de hacer pero tiene un secreto: hay que mantenerlo en el tiempo. Es como un entrenamiento, y como todo entrenamiento lleva una determinada cantidad de tiempo. Yo no puedo aprender a jugar al tenis en un día, como no puedo aprender un idioma en una semana. Necesito de un entrenamiento. En el deporte es más fácil de ver como se van quemando etapas.”

“No es una tarea difícil, un cuesta arriba. Es comprender que lo que nos pasa es producto de lo que creemos y saber que podemos modificar esa creencia. Tenemos creencias sobre todas las cosas de la vida en todos los órdenes, sobre el amor, la pareja, el sexo, la familia, el país, los deportes. Donde  uno tiene una opinión detrás hay una creencia.”

“Gracias a la resonancias magnéticas funcionales, un estudio de la actividad del cerebro a través de imágenes,  la ciencia ha establecido que las personas que tienen pensamientos negativos tienen activada la zona frontal derecha del cerebro, y las personas que tienen pensamientos positivos tiene más movimiento en la zona prefrontal izquierda. Qué quiere decir esto: que uno está condicionado por lo que piensa y por lo que cree. La persona se levanta a la mañana y automáticamente se le activan todas sus creencias y todas sus maneras de pensar, piense bien o piense mal. 

¿Entonces, cómo se hace para que se desactive una zona del cerebro que provoca malestar? Hay que activar lo opuesto, empezando por poner en duda eso que damos por hecho. Si yo pienso que no sirvo, que no valgo y me levanto cada mañana sintiendo que no sirvo, y actúo en consecuencia, solamente a partir de poner en duda lo que creo es que puedo hacer una modificación. 

El camino correcto

“Todos estamos en el mismo viaje, compartimos la misma travesía y deseamos exactamente lo mismo. La necesidad de superarnos es la que nos encauza en el camino correcto y es la mejor forma de transitar por la vida. No nos sentiremos perdidos o desorientados si intentamos de manera consciente ser cada día mejores y ayudar a los otros”, concluye Antonini.  

Más información, antonini@respuestasaladepresion.com

www.respuestasaladepresion.com