22 de abril de 2008

"La geometría de los ´crop circles´ te abre la mente", Janosh, artista digital

Janosh, artista digital
"La geometría de los ´crop circles´ te abre la mente"
IMA SANCHÍS - 18/04/2008
www.lavanguardia.es

Según la revista norteamericana Cosmopolitan, Janosh es el nuevo Andy Warhol. Quizá sea una afirmación exagerada, pero este artista holandés multimedia ha llevado su trabajo a la sede de la ONU, a EE. UU., Canadá, Australia, Alemania, Bélgica, Polonia y en junio lo presenta en el Petit Palau de Barcelona, en el marco del Festival Inspira Conciencias, que organiza Alambar. Su evento audiovisual se inspira en los crop circles,esos gigantescos dibujos que aparecen en los campos de cultivo y con los que tanto se ha especulado. Para él, la vibración de esta geometría nos devuelve el equilibrio y nos abre la puerta de nuestro subconsciente, que nos revela lo más esencial de nosotros mismos.

Tengo 46 años. Nací en un pequeño pueblo en el norte de Holanda y vivo en Amsterdam, donde tengo una galería de arte en la que se expone mi obra. Estoy licenciado en Económicas. Casado y esperando un bebé. Soy un demócrata. Creo que existe una armonía en todo lo existente

Hace 4 años era un ateo interesado únicamente en el dinero, las casas bonitas y salir con los amigos.
Buen plan.

Era muy inconstante en el trabajo y en las relaciones, me aburría pronto y cambiaba a menudo; y no sabía por qué. Pero las cosas cambiaron.

¿Tal vez se arruinó?

Nada de eso, mi empresa de publicidad iba viento en popa, pero recibí unos e-mails sobre la Concordancia Armónica.

¿Qué es eso?

Una conjunción planetaria que se da cada cientos de años. Dicen que si esa noche meditas, obtienes respuestas. Aunque no me lo creía, probé. Mis amigos estaban entusiasmados, pero yo no sentí nada en absoluto.

¿Desilusionado?

Totalmente, pero al cabo de unas semanas me ocurrió algo curioso: estaba trabajando delante de mi ordenador y empecé a ver en mi mente hologramas perfectamente definidos. Pensé que estaba trabajando demasiado, pero me gustaban los hologramas, así que los reproduje en el ordenador y los colgué en mi web; ¿y qué pasó?

Eso, qué pasó...

Recibí más e-mails felicitándome por mis reproducciones de los crop circles de Gran Bretaña, gigantescos dibujos geométricos que aparecen en los campos de trigo.

¿Los había visto con anterioridad?

Ni los había visto ni me interesaba el tema, pero, claro, me informé y me quedé impactado. Al cabo de dos semana empecé a oír voces en mi cabeza.

Uf, qué peligro.

Pedí hora en un hospital y fui tomando notas de lo que me decía la voz para contárselo al psiquiatra.

¿Y qué le decía?

Me explicaba el sentido de la geometría y cómo trabajar con ella. Fui hasta el final, quería saber adónde me llevaba todo aquello y creé una presentación multimedia con las imágenes, a las que les puse música y añadí una serie de preguntas que me rondaban.

¿Qué hizo con ese material?

Mi primera exposición digital, con una pantalla gigante en la que se iban formando las imágenes. El resultado fue increíble, la gente vivió una experiencia, aquellas imágenes no la dejaron indiferente. Así desarrolle una doble vida: mi trabajo normal y mis amigos de siempre y, por las noches, la creación compulsiva de hologramas.

¿Llegó a ir al hospital?

No, porque recibía e-mails en los que la gente que había acudido a la presentación me daba las gracias, decía que en su vida había mayor equilibrio. Fue así como dejé mi trabajo y me metí de lleno en la geometría; en poco tiempo estaba viajando por el mundo mostrando mi trabajo.

Cuéntenos…
La geometría es una vibración, una energía esencial que está en todo y se conecta con todo. La vibración de esas imágenes resuena en nuestro inconsciente. La geometría te ayuda a abrir tu mente y hace aflorar lo más esencial de cada uno de nosotros.

¡!

No estoy diciendo que te sanen, pero se trata de un lenguaje sin filtros que te proporciona un mayor entendimiento de quién eres realmente. La geometría de los crop circles está en todo lo que vemos, es la forma que tiene la naturaleza de organizarse.

En aquella película de Mel Gibson, Señales, eran los alienígenas los que hacían esos dibujos: pistas de aterrizaje.

Se ha especulado con su autoría, una es la procedencia extraterrestre.

La mayoría los han hecho personas como usted y como yo.

También se considera la creación de estos círculos por causas ambientales. Empezaron como formas geométricas básicas, pero han ido incrementando su complejidad.

¿Hasta qué punto?

Hasta el punto de que han llegado a dar respuesta de mensajes en código binario, un dibujo del calendario maya, e incluso uno con la imagen de un alienígena sosteniendo otro mensaje en código binario.

Hermosos lo son, ¿pero dice usted que la gente va a sus exposiciones y descubre quién es?

Básicamente, la gente reconoce sus patrones, los hace conscientes, de manera que si quiere cambiar su vida deberá cambiar esos patrones, es una elección. Yo, simplemente, propongo un instrumento.

Propone un espectáculo.

Sí, un espectáculo multimedia en el que la música también desempeña un papel importante. Yo utilizo una música que crea la misma vibración que las formas geométricas y que nos ayuda a adentrarnos en nuestra parte más subjetiva. También utilizo sonidos a una frecuencia muy baja, de 13 megahercios, que no podemos oír pero sí sentir.

Ha llevado usted su espectáculo a la sede de la ONU, ¿con qué propósito?

Lo he hecho en dos ocasiones, dentro del programa de estimulación de la conciencia global. Si fuéramos capaces de cambiar nuestras ideas, seríamos capaces de cambiar la marcha del planeta; y elevando nuestra vibración, podemos cambiar esas ideas.

¿Ha aclarado lo de la voz en su cabeza?
Creo que eran arturianos.

Vaya.

Creo en esos seres espirituales altamente desarrollados que vienen de la quinta dimensión para guiarnos. Y no me ha ido mal.

www.janosh.com



viernes, 18 de abril de 2008
Null
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"Entrenándolo, podemos cambiar nuestro cerebro"

Peter Franz, ingeniero químico, jefe del Banco de Cerebros de Würzburg (Alemania)
"Entrenándolo, podemos cambiar nuestro cerebro"
IMA SANCHÍS - 21/04/2008
www.lavanguardia.es

Le entrevisto poco antes de que la UIC le otorgue el doctorado honoris causa. Es uno de los grandes expertos en química cerebral y vive, literalmente hablando, rodeado de cerebros, entusiasta precursor de la iniciativa BrainNet Europe II (red europea de bancos de cerebros). El doctor Franz es amable y preciso en sus respuestas, pero se azora cuando le pregunto por su creencia en Dios. Su producción científica supera los 950 artículos y los 30 libros en el campo de la neurología y la psiquiatría. En el 2004 era el químico más citado en medicina del mundo. Durante años ha trabajado el concepto de neuroprotección, cómo proteger nuestras neuronas de daños que todavía no se han manifestado.


66 años. Casado y con un hijo. Nací en Königsberg, antigua capital de Prusia del Este, y vivo en Würzburg, Alemania. Soy jefe de neuroquímica clínica del departamento de Psiquiatría de la Universidad Julius-Maximilians. Hay que globalizar la tolerancia. Soy católico practicante

¿Cuál es el mayor misterio del ser humano?

La comprensión de sí mismo; es decir, existo, por tanto existo.

Tendrá que explicármelo.

El gran misterio es la autoconciencia.

¿La conciencia es una función cerebral?

Sí, pero lo importante es la interacción entre el sistema nervioso autónomo y el cerebro. Desgraciadamente, es algo que se estudia poco.

¿Qué hay de misterioso en esa interacción?

Pongamos un estudiante ante un examen: todas las señales físicas, es decir, aumento de la tensión arterial, de la respiración..., son un producto directo del sistema nervioso autónomo, pero es el cerebro el que provoca las reacciones, y lo mismo ocurre con todas las enfermedades psicosomáticas.

Entonces, nuestros pensamientos modelan nuestro cerebro.

Efectivamente, en función de los estímulos puede haber brotes de nuevas neuronas o un aumento de los receptores disponibles.

¿Nuestros pensamientos son capaces de cambiar nuestras redes neuronales?

Sí. Hay diferentes sistemas de bucles en el cerebro, el de la motricidad nos sirve para movernos, y el bucle que atañe al sistema límbico tiene efecto a nivel psicológico, pero ambos se entrelazan. Déjeme que le ponga un ejemplo curioso.

Un enfermo de parkinson tiene que cruzar una calle. Si está frente a un paso de cebra, no tendrá ningún problema en cruzar. Si le pedimos que cruce por donde no hay paso de cebra, no podrá hacerlo, entrará en un estado de parálisis físico. Pero si un coche viene hacia él en ese momento, se producirá lo que se llama un episodio de quinesia paradójica.

¿Qué es eso?

El señor dará un brinco y cruzará la calle, y luego volverá a su estado de parálisis. Es decir, aunque la dopamina ya no funciona, lo hará la adrenalina. Ante un sistema que está degenerado, que no puede ordenar a su cuerpo caminar, el sistema límbico toma el mando y le da la orden.

Si nuestros pensamientos modifican nuestro cerebro, ¿podemos autocurar las enfermedades psicosomáticas?

Sí, correcto. La terapia del comportamiento en los años cuarenta, cincuenta y sesenta sólo trataba la mente e ignoraba el lado biológico, pero cada vez más los psicólogos son psicólogos biológicos, es decir, involucran el sistema nervioso, el sistema físico. A través del entrenamiento, del cambio de comportamiento físico, podemos cambiar la función cerebral.

¿Qué investigaciones le sorprenden?

La neuroprotección que se viene trabajando desde los años ochenta y que ahora se admite como posible. Y significa que podemos proteger las neuronas de toxinas y elementos externos antes de que se manifieste la enfermedad que las daña.

¿Se ha demostrado?

En modelos de laboratorio, pero los resultados no se han podido trasladar a estudios clínicos, es decir a los pacientes.

Pero en nuestro cerebro nacen nuevas neuronas, ¿no?

Sí, en según qué partes del cerebro se ha descubierto una neurogénesis (creación de nuevas neuronas), pero si la neurogénesis puede sustituir células dañadas en la misma zona y hasta qué nivel, todavía no lo sabemos. La neurogénesis es un campo importantísimo. Los farmacólogos están buscando sustancias que puedan estimular el crecimiento de nuevas células cerebrales.

Hay estudios que demuestran que la meditación mejora la capacidad cognitiva y el sistema inmunológico. ¿Qué opina?

Que es cierto, porque cuando estamos en un estado de meditación bajamos el ritmo respiratorio a un nivel basal, eliminamos emociones, todos nuestros sistemas se ralentizan, y esto tiene un efecto en el cerebro a nivel químico. Para empezar, suprimimos el consumo de ATP, esencial para la función celular.

Usted vive rodeado de cerebros.

En el banco de cerebros de Würzburg tenemos actualmente unos cuatrocientos cerebros destinados a la investigación, algo sumamente importante porque nos permitirá encontrar la piedra angular de muchas enfermedades, y hay otra cuestión política.

¿Política?

Sí, relacionada con los animalistas, movimiento que en EE. UU. es muy poderoso. Es una manera de demostrarles que también investigamos con seres humanos.

¿Usted ha cedido su cerebro?

No lo tengo decidido, no había pensado todavía en mi muerte, pero no tendría problema en hacerlo.

Dígame, ¿Dios tiene cerebro?

No. Para los creyentes estamos ante un principio organizativo muy diferente. Tenemos que imaginarnos otra cosa muy distinta a los seres humanos. Nuestro cerebro para Dios sería un sistema muy sencillo.

¿Pero no estamos hechos a su imagen y semejanza?

Sí, pero esa imagen y semejanza puede ser muy lejana, incomprensible.

¿Cree que Dios está dentro de nosotros?

Eso es algo en lo que se cree o no se cree, no es científicamente demostrable. Y yo, por contradictorio que parezca, creo que sí, que es posible, pero no tengo explicación.

lunes, 21 de abril de 2008
Null
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