22 de noviembre de 2010

El Poder de Elegir- Annie Marquier

Me gusto este párrafo porque más de una vez he escuchado, o usado, la expresión: "es su karma", "él se lo creo". Creo que es interesante su reflexión por plantear un nivel superior en el que "su karma" y "mi karma" se interrelacionan.

La indiferencia 

El concepto de responsabilidad-atracción_creación no puede ser de ninguna forma una justificación para la indiferencia o el egoísmo. El concepto de responsabilidad permite poner en práctica nuestra compasión, nuestro amor, nuestro respeto hacia los demás, así como nuestra capacidad de ayudarlos y de soportarlos en el decurso de las pruebas de la vida.
Esto no es fácil de comprender y el concepto de responsabilidad mal asimilado puede conducir a resultados completamente opuestos a las leyes naturales de ayuda mutua y de fraternidad.
Efectivamente, los que empiezan a practicar este concepto pueden a veces, a pesar de su sinceridad, caer en la trampa de una comprensión insuficiente. Estos, en realidad, no sólo nos hacen sentir que debe haber algo incorrecto en nosotros por haber atraído ciertas circunstancias difíciles a nuestra vida, sino que además nos abandonan enseguida con nuestras dificultades puesto que por encima de todo, somos nosotros quienes las hemos atraído, y quienes las hemos «escogido». También es una interpretación errónea del concepto de responsabilidad la que consiste en decir: «Puesto que cada uno atrae sus dichas y sus penas, cada uno debe arreglarse con ellas.» En este caso, el concepto de responsabilidad conduciría a una justificación fácil del egoísmo y del «cada uno a su rollo», lo que en realidad es todo lo contrario si se quiere comprender este concepto en su totalidad.
Vamos a esclarecer este punto con la ayuda de un simple ejemplo. Imaginemos que estoy viviendo con mucho desahogo en un apartamento confortable. Mi refrigerador está repleto de alimentos. Mi vecino, a causa de algunas dificultades de salud y de problemas familiares, no tiene un céntimo ni nada para comer. Llama a mi puerta para pedirme ayuda, y concretamente algo para comer. Es decir que en virtud del principio de responsabilidad voy a responderle: «Mi querido amigo, ¿sabes que eres tú el que ha atraído esta experiencia en tu vida para crecer? Entonces ¡arréglatelas con lo que has creado!» y, con estas palabras, le cierro la puerta en la nariz. ¿Me conduce el principio de responsabilidad a hacer eso? Claro que no, sino todo lo contrario, a menos que haya sido mal interpretado o mal comprendido.
Examinemos lo que nos dice este principio. Si miramos la situación desde el punto de vista del principio de responsabilidad-atracción-creación, es verdad que nuestro vecino se ha atraído esta situación. Es verdad, si aceptamos este principio de funcionamiento del universo, que razones conscientes, inconscientes y/o supraconscientes han hecho que este hombre se encuentre en esta situación difícil; no insistiremos en ello. Pero no hay que pararse ahí. Ya que, además de esta situación, ¿qué es lo que se ha generado mi vecino? Ha generado también un vecino que tiene un refrigerador lleno, un vecino que tiene de esta manera la posibilidad de ayudarle. Por mi parte, ¿qué es lo que yo me he atraído? He atraído un vecino que me pide ayuda.
Así pues, en lo que me concierne, he atraído en mi universo hoy mismo la ocasión de ayudar a alguien. Si elijo ayudar a esta persona, en esta acción respeto una ley universal que podríamos llamar en este caso la ley de la fraternidad. Expreso la voluntad de mi Ello*.
El ejemplo dado aquí, simplificado voluntariamente para explicar el mecanismo, puede generalizarse a pesar de todo muy fácilmente. Cientos de miles de personas sufren por todas partes en el mundo en la actualidad. Según el principio de responsabilidad, es verdad que esas personas se han atraído esas circunstancias difíciles por razones que les son propias. También es verdad que la voluntad de nuestros Ellos es la de ayudarles. Existe una gran ley de amor incondicional y de fraternidad que debemos aprender todos a manifestar continuamente si queremos vivir en armonía con la voluntad de nuestra alma. Cuando, individual o colectivamente, nos encontramos en presencia de personas que tienen necesidad de ser protegidas o se encuentran necesitadas, sean las que sean, llevándoles nuestra ayuda, tenemos la ocasión de manifestar directamente las cualidades de amor, generosidad y entereza salidas de nuestro Ello. Eso no es de ninguna manera incompatible con el principio de responsabilidad, sino al contrario, puesto que todos estamos interrelacionados, y no es por casualidad que nos vemos confrontados a esas personas. Están ahí, en nuestro universo, para permitirnos aprender a manifestar la voluntad de nuestro Ello.
La intención de nuestro Ello es la de amar y de servir, es el gran aprendizaje que tenernos todos que realizar a través de nuestros propios infortunios y además la de ayudar a nuestros hermanos a pasar a través de los suyos.
El concepto de responsabilidad no produce pues de ningún modo —cuando se lo comprende bien— la indiferencia o el egoísmo. Por el contrario, facilita la emergencia natural de los sentimientos de generosidad, fraternidad y real comprensión. Nos incita a hacer lo posible para disminuir los sufrimientos de los que por el momento pasan momentos más difíciles que los nuestros. Porque en este estado de ánimo, nos reconocemos todos, seamos lo que seamos, como estando —consciente o inconscientemente— en la misma búsqueda, sobre el mismo camino, hacia el control de nuestra personalidad, la paz, la felicidad y la libertad. Sabemos que todos creamos nuestro propio camino, hecho de penas y dichas y, conscientes de ello, experimentamos más profundamente nuestra propia humanidad y la de cuantos nos rodean. Desarrollamos nuestra compasión, nuestra comprensión, y ces amos de juzgar, criticar, manipular y destruir. Estamos dispuestos a tomar la responsabilidad de nuestra propia evolución y a sostener a los demás en la suya, reconociendo que el camino puede ser muy difícil en ciertas ocasiones.
Es importante captar la diferencia entre esta actitud y la del «salvador», afectado de victimitis inconfesa (mencionada en el capítulo 3). Este o ésta quieren «ayudar» y defender a los pobres y a los oprimidos, pero a partir de un contexto de irresponsabilidad, de impotencia y de victimitis, es decir de odio y de agresividad. Aun si, exteriormente, esto parece una ayuda, los resultados serán muy distintos.
*Es cierto que la ley de la fraternidad, que representa un aspecto de la voluntad de nuestro Ello, no exige que ayudemos instantáneamente a todos los desgraciados de este planeta hasta morir de hambre. La ley de la fraternidad nos pide, en primer lugar, cuidar (le nosotros y de nuestras prioridades esenciales (y no nuestras necesidades imaginarias), a fin de que luego podamos ayudar a los densas en la medida de nuestras posibilidades. 

“Los símbolos son el lenguaje del inconsciente. Toda la información que contiene una imagen es entendida de inmediato y se acepta más fácil que las palabras” Phyllis Krystal

Cortando lazos - Phyllis Krystal



Entrevista de Aurelio Alvarez - Revista Tu Mismo

Psicoterapeuta de origen inglés, Phyllis Krystal se ocupó de renovar para la cultura occidental los ritos primordiales de pueblos primitivos que sacralizan el paso de la niñez hacia la vida adulta a partir de la iniciación de la pubertad. Su primera obra de difusión, "Cortando los lazos que atan", publicada a comienzos de los años 80, transcribió su trabajo sobre la problemática que ahonda en los vínculos que sanan con el aporte de imágenes simbólicas. Con ella conversamos sobre su buceo hacia la fuente de sabiduría interna y la vigencia de aquellos ritos de pubertad. 

-Su método comienza haciendo hincapié en el rito de la pubertad, ¿por qué? 
-Antiguamente se realizaban ritos de pubertad. Desde entonces y hasta el presente ha habido ritos particulares, en ciertas edades de la vida de cada ser humano. Cuando los niños y niñas estaban cerca de la adolescencia, se los separaba de la casa de sus padres y vivían en lugares donde eran preparados por sabios de la tribu para que se convirtieran en hombres y mujeres maduros. 

-Se posibilitaba, de tal modo, su independencia como individuos.
-Era un acontecimiento muy importante. Desafortunadamente, hemos perdido el gran significado de este tipo de rituales. En las que hoy son llamadas "culturas primitivas" se siguen practicando. Si bien en la religión judía existe el benei mitzvá y en la cristiana la confirmación, muchas veces estas ceremonias se convierten simplemente en un acontecimiento social. El método que utilizo renueva y moderniza esos ritos antiguos en toda su dimensión. 

-Hasta llegar a tal instancia, ¿qué pueden hacer los padres a modo de preparación? 
-Los padres pueden enseñarles a sus hijos a estar alertas y conscientes, decirles que todos los seres humanos poseen en su interior una fuente de sabiduría, lo que llamo la Conciencia Superior, para alcanzar el estado de vivir alineados con ella. 

-¿Podría ampliar el concepto de Conciencia Superior? 
-Generalmente lo explico recordándole a la gente que, cuando tiene problemas y no sabe cómo resolverlos, si se soltaran, se relajaran y dijeran que no saben cuál es la respuesta, y después se fueran a dormir, a la noche tendrían un sueño que les clarificaría la situación, por citar un ejemplo. Quiero decir que permitimos que se active esa fuente de sabiduría al reconocer que no tenemos todas las respuestas. El ser humano debe ser guiado por esta fuente interna, que es la Conciencia Superior. 

-¿La Conciencia Superior debe ser un principio espiritual para quien consulta? 
-Trato de evitar el uso de términos espirituales o religiosos por la razón de que trabajo con personas de diversa extracción: agnósticos, judíos, cristianos, budistas. Por lo tanto, pido que me digan cuando visualizan o imaginan la Conciencia Superior qué reciben, en forma de símbolo, para representarla. En algunos casos se trata de la imagen de Cristo, de Buda, en otros aparece una entidad desconocida, significativa sólo para quien efectúa el trabajo interno. También suele ser una luz. 

-¿Qué significado tiene el cortar lazos? 
-No significa cortar la relación con alguna persona, de ninguna manera, sino cortar con la dependencia de una figura de seguridad que puede implicar una persona, cualquier sustancia o hábito; quedar libre de un condicionamiento. 

-¿Cómo se inicia su trabajo para lograr este objetivo? 
-Primero trato que la persona ahonde en sí misma y en su relación con los padres. También le pregunto acerca de los problemas del presente. Paso a contarle sobre la existencia de la fuente de sabiduría interior y que para hacer contacto con ella lo que necesitamos es clarificar, dejar el camino libre de todas las voces con sesgo autoritario que tenemos grabadas en nuestra mente. También trabajo con algún tipo de programación que ha tenido o tiene efecto en la persona. 

-Aparentemente, accede al sistema de comunicación interna del individuo para poder "escuchar" claramente lo que surge desde ese nivel. 
-Me gusta utilizar esta metáfora: quiero mantener una conversación con cierto amigo y debo hacerlo mediante la conexión de un cable telefónico. Si se halla "ligada" la línea, se escucharán distintos dialogos al mismo tiempo. Esto es lo que ocurre y resulta muy difícil oír la voz propia interna cuando se captan otras voces que dicen qué hacer o no. 

-¿Qué técnica emplea para "desligar" esas conexiones indeseadas? 
-Muchas veces la gente expresa que se sienta invadida, que otros quieren ocupar su lugar. Como es sabido, las criaturas protegen su territorio y, lamentablemente, los seres humanos hemos perdido, en términos generales, el conocimiento de delimitar nuestro propio espacio interno. Entonces utilizo la "figura del ocho". 

-Esquemáticamente, ¿cómo es esa figura? 
-La persona imagina un círculo dorado alrededor de sí, trazado al nivel del suelo, cuyo radio es la medida del brazo extendido. El primer paso consiste en recrear esa imagen; ver, sentir ese círculo, y también se traza un espacio similar en torno de quien queremos separarnos, delimitarnos. 

-¿Solamente imágenes de personas? 
-También pueden ser objetos, comidas, alcohol, drogas, cualquier cosa que ejerza control sobre uno. Entonces, tenemos dos círculos trazados que no se superponen, sino que apenas se tocan. A continuación es imaginada o visualizada una luz de neón, blanquecina, que avanza desde donde ambos círculos se tocan, fluyendo por el que rodea a quien tenemos enfrente, en el sentido de las agujas del reloj. Al llegar al punto de toque de los círculos, la luz sigue por el nuestro y así se forma la figura del ocho. La luz de neón hace que cada persona se ubique en su propio espacio y las proyecciones de uno hacia otro desaparezcan. Cada territorio se delimita claramente. En muchísimas situaciones diversas puede ser utilizada esta técnica. 

-¿Quiénes se encuentran en condiciones de cortar lazos? 
-Todos pueden cortar lazos con sus padres si han llegado a la edad madura, ya pasada la pubertad en cuanto proceso físico se refiere. La técnica se utiliza en cualquier edad, siempre y cuando quien la practica entienda lo que significa. El método también se adapta a toda personalidad. Para este fin le preguntamos a la Conciencia Superior, en particular cuando no encontramos la forma de encarar el trabajo. Y la ayuda siempre viene. 

-En otra de sus técnicas alude al niño interior. 
-De las diferentes facetas que posee nuestra personalidad, una es el niño interior. Aquel que ha sido dejado atrás por alguna situación muy dramática en la niñez, o por alguna pérdida, como una muerte o alguna experiencia no procesada apropiadamente y que fue suprimida y "encerrada". Necesitamos asimilarlo, integrarlo en la personalidad total. Tan rápido como esto se descubre, se es libre para madurar. 
Dije que el niño interior es una de esas facetas porque en mi trabajo también afronto otra faceta como es el enemigo interior, generalmente apegado al ego, que consiste en la parte rebelde que intenta ponernos obstáculos en el camino. También tiene que ser llevado al nivel consciente, pero sin buscarlo. Esperamos que aparezca en un sueño, respetando pasos y secuencias que son distintos en cada persona. 

-¿Considera a estas técnicas como herramientas especiales para tiempos especiales? 
-No son una casualidad. Sin embargo, se trata de un método más que puede ser integrado con otras formas de psicoterapia. Advierto que muchos psicólogos con quienes trabajo, terminan el día cansados. Les digo que debe ser porque realizan algo incorrectamente. Tengo la edad que todos conocen (actualmente supera los 90) y trabajo hasta horas muy avanzadas de la noche. Puedo pasar un fin de semana atareado, con seminarios, retiros o encuentros, y no me siento exhausta para nada.