13 de febrero de 2011

León Tolstói

‎"Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo."


"El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere sino en querer siempre lo que se hace." 

Burbujas de protección - Del libro "Las energías protectoras" de William Bloom

La estrategia más conocida para protegerse psíquicamente es la de crear una burbuja o huevo protector alrededor de sí. Usted se imagina y se percibe dentro de una burbuja en la que no pueden penetrar vibraciones desagradables.



Póngase cómodo y relájese.
Conecte con la tierra y encauce su respiración hasta conseguir un ritmo sosegado, tranquilo.
Imagine y sienta que está rodeado por una burbuja o huevo protector transparente que le protege de las vibraciones negativas.  Durante un rato, perciba esta burbuja a su alrededor. Por encima de su cabeza. Bajo sus pies. Protegiéndole totalmente la espalda. Le rodea por completo.
Sienta que sus propias vibraciones pueden salir a través de la membrana de la burbuja. Sienta que la burbuja no impide que entren las buenas vibraciones.
Esté muy relajado y muy a gusto dentro de ella. Perciba claramente que las energías externas des 
agradables no pueden penetrar.
Luego hay ciertas exquisiteces que puede usted añadir a su burbuja. Siéntase en libertad de experimentar con ellas y descubrir con cuál se encuentra más a gusto, o cuál de ellas le resulta más fácil hacer.


 Cuando haya hecho su burbuja, exhale aire lentamente y perciba cómo su húmeda y cálida respiración inunda la burbuja de su vibración pura, de su «esencia». Llene la burbuja con su propia vibración. Hágalo repetidas veces. 
Llene la burbuja de diferentes colores. ¿Qué tal una burbuja verde o azul? Sea psicodélico y pruebe con una burbuja multicolor. En distintos momentos o en distintas situaciones, comprobará que ciertos color es son más convenientes para usted. (Cada color, como cada sonido, tiene una vibración diferente. A medida que vaya cambiando su estado de ánimo o la situación en que se encuentre, también irán cambiando las vibraciones del color que más le convenga.) No deje de experimentar con aquello que le da mejor resultado. 
Llene la burbuja de imágenes protectoras que le gusten.
En muchos casos suelen ser símbolos religiosos: la cruz, la estrella de David, la estrella de cinco puntas o el símbolo hindú del Om, que se considera el sonido sagrado de la creación. Pueden ser imágenes míticas tales como Hércules y Diana o imágenes de personajes religiosos en los que usted confía: Jesús, Buda o Kuan Yin. (Más adelante explicaré cómo y por qué estos símbolos constituyen una verdadera ayuda en el plano energético.)
Siéntase libre para decorar el interior de su burbuja y haga allí dentro cualquier cosa que le guste, que le ayude y que dé a la burbuja una vibración más fuerte.
Imagine símbolos especialmente potentes —como la cruz o la estrella de cinco puntas— en el exterior de la burbuja; con ello reforzará la membrana. Escriba consignas en la parte externa de la burbuj a, como por ejemplo: «Por favor, no entre» o «Absténganse las malas vibraciones».

Importante: Asegúrese siempre de que la burbuja pase por debajo de sus pies y cubra su espalda. Y
como siempre, manténgase conectado con la tierra y respire. 

Descubre el poder de tu intencion

Descubre el poder de tu intención. Prueba en antes de iniciar situaciones simples como: reunion de trabajo, con un amigo, una meditacion, sanacion o actividad cotidiana; "La intención de ... es..". Notaras como la situacion se desarrolla con otra dinamica. Tal vez necesites en medio de la situación recordar: "cual era mi intencion, mi proposito?" ; o tal vez decidas cambiarlo. Notaras como la energia te responde y lo que no sea afin se empieza a alejar. Despues con situaciones mas importantes. Pruebalo y espero tus comentarios.

QUÉ SIGNIFICA ESTAR EN LA UNICIDAD - libro : Wayne W. Dyer - Construye tu destino.

Lo que hemos dado en llamar «la voluntad de Dios» no es más que una invención del hombre para conseguir control sobre los demás. Si estás convencido de que existe una voluntad de Dios separada de la tuya, te verás controlado y dominado por quienes afirman conocer la voluntad de Dios. Si adoptas este sistema de creencias caerás en la trampa de «tu voluntad contra mi voluntad».

Querrás hacer ciertas cosas, pero «la voluntad de Dios» te dictará otras. Expresar amor incondicional y participar en la creación de la propia vida sólo es posible cuando se sabe que Dios no está separado de ti. Tú y Dios sois uno. En el Nuevo Testamento, Jesús les dice a las multitudes: «Yo he dicho: dioses sois», y más tarde: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel queme ha enviado» (Juan, 10, 34; 12, 44).

Estar en un estado de unicidad significa saber que el amor incondicional que tiene Dios por toda la creación
es también el amor incondicional que puede haber en ti si así lo decides. Tu libre albedrío es la libertad para abrazar cualquier pensamiento que desees. Ese libre albedrío es el don que te ha dado Dios. Utilízalo con un espíritu de amor sobre el que no se imponga ninguna condición.

El amor que tiene Dios por ti es incondicional. En ese amor que te concede el creador divino no hay
restricción o censura alguna. Dispones de la más completa libertad para hacer lo que quieras, pues tu voluntad y la voluntad de Dios son una misma cosa. Tienes libertad para elegir tus pensamientos dentro de este gran esquema de amor incondicional.

Si tú y el amor de Dios por ti sois una misma cosa, formas parte de una unidad incondicional. Si impones
restricciones a ese amor, o si lo basas en tus juicios y aversiones, lo conviertes en un amor condicionado y te
alejas de la posibilidad de participar en el acto de la creación con Dios. Entras entonces en conflicto con la esencia divina que es Dios, debido a la imposición de condiciones sobre tu capacidad para amar.

Supongamos que Dios decidiera retirar su amor incondicional, tanto por ti como por el mundo e impusiera
en vez de eso ciertas condiciones. En esa clase de mundo, la gente tendría que funcionar sin la libertad de
pensamiento y de expresión. Todo el cosmos se colapsaría en un instante.

La vida fluye con la libertad del amor incondicional. Esa es la esencia misma de la vida. Ninguna divinidad
exige que uno piense de una determinada manera si no quiere verse maldecido o destruido. En nuestro mundo, tenemos libertad incondicional para que nuestros pensamientos sean lo que queramos que sean. Esa es la manera que tiene Dios de expresar su amor por ti, es el don que te ha concedido el creador, expresado a través de tu individualidad. Elimina esa libertad y dejarás de ser humano. Se pierde la propia humanidad cuando se pierde el amor incondicional que nos permite pensar lo que queramos.

Supongamos que puedes funcionar de la misma forma incondicionalmente amorosa, mediante el simple
procedimiento de no emitir juicios. ¿Qué ocurre si no tienes odio y sólo extiendes hacia los demás la libertad para elegir? Experimentarás lo que se denomina «unicidad». Tu voluntad y la voluntad de Dios no entrarán en conflicto.

Los conflictos que experimentas proceden del ego. Tu ego es la idea que tienes de ti mismo como separado
de Dios y de todas las creaciones de Dios. El ego necesita que le recuerden su superioridad sobre los demás. Así es como se crea el conflicto. Pero no tienes por qué participar en esta estupidez. Tu yo superior sólo desea paz y es amor incondicional.

Utiliza este amor para el propósito de la cocreación. Cada momento que creas al irradiar pensamientos
incondicionalmente amorosos es un reflejo del mismo amor que fue el responsable de tu creación. Crear (o
manifestar) es el acto de extraer amor incondicional desde dentro de uno mismo, para darle una forma que
llamamos el mundo de lo concreto. En este sentido, pues, el amor incondicional puede concebirse como el poder para participar en el acto de la cocreación.