30 de septiembre de 2011

Chris McCandless


Entre 1990 y 1992, Chris McCandless, recién graduado en Derecho, realiza un largo viaje, principalmente en autoestop, a través de los Estados Unidos. Pero no será hasta la primavera de 1992, a la edad de 24 años, cuando Chris decida cumplir su verdadero sueño: sobrevivir por sus propios medios en un entorno natural, lejos de la sociedad y de los sistemas creados. Con esta idea se interna en abril, solo y sin apenas más equipaje que unos cuantos libros, por tierras de Alaska. Había donado todos sus ahorros (24.000$) a la organización benéfica Oxfam. Soñaba con una vida en estado salvaje, sin más posesiones que aquellas que pudiera cargar en su mochila. Cuatro meses más tarde, unos cazadores encontraron su cuerpo sin vida.
Antes de desaparecer, Chris McCandless escribió a un amigo:




"Deberías cambiar radicalmente de vida y empezar a hacer cosas que antes ni siquiera imaginabas o que nunca te habías atrevido a intentar. Sé audaz. Son demasiadas las personas que se sienten infelices y que no toman la iniciativa de cambiar su situación porque se las ha condicionado para que acepten una vida basada en la estabilidad, las convenciones y el conformismo... Si quieres obtener más de la vida debes renunciar a una existencia segura y monótona... No eches raíces, no te establezcas. Cambia a menudo de lugar, lleva una vida nómada, renueva cada día tus expectativas... No necesitas tener a alguien contigo para traer una nueva luz a tu vida. Está ahí fuera, sencillamente... Tu único enemigo eres tú mismo y esa terquedad que te impide cambiar las circunstancias en que vives."

Nada esta escrito. Tu eres el escritor.

28 de septiembre de 2011

John O’Donohue

Tu amigo noble no aceptará la pretensión, sino que te enfrentará a tu propia ceguera con amabilidad y firmeza. Nadie puede ver la vida en su totalidad. Al igual que existe un punto ciego en la retina del ojo humano, también existe en el alma una parte ciega que no puedes ver. Por lo tanto, dependes de la persona a quien amas para ver lo que no puedes con tus propios ojos

27 de septiembre de 2011

Caroline Myss - Contrato Sagrado

Les paso un libro que les puede interesar. Les resumo algunas ideas:



Al conocer tu misión, podrás vivir aprovechando al máximo tu energía. Cuando sacas partido de tu energía, expresas de la forma más óptima tu poder personal; es lo que yo llamo «vivir de acuerdo con tu Contrato Sagrado».

En El Contrato Sagrado describo un proceso que te ayudará a descubrir y asimilar los fragmentos de tu psique. Este libro es una guía para que te sometas a una intensa autoevaluación con el fin de encontrar tus compañeros arquetípicos individuales y trabajar con ellos para descubrir tu misión en la vida y tu Contrato Sagrado.

Al igual que las energías de tus chakras interactúan para componer un mapa de información física y energética, el cuerpo colectivo de tus arquetipos genera una imagen de las fuerzas dominantes de tu psique y tu alma.

A través de un proceso de investigación, reflexión, pruebas y errores, he llegado a la conclusión final de que una combinación de doce modelos arquetípicos, que se corresponden con las doce casas del zodíaco, actúa en nuestro interior paracontribuir a nuestro crecimiento personal. Estos doce modelos actúan de forma conjunta en todos los aspectos de tu vida. Pueden manifestarse de un modo más vivido y perceptible en los momentos en que te enfrentes a problemas o desafíos, o en los instantes en los que te sientes incompleto.Y pueden ser de especial utilidad para superar recuerdos dolorosos, reorientar tu vida o encontrar un medio de expresión de tu potencial creativo aún sin explotar.

http://es.scribd.com/doc/19256236/El-Contrato-Sagrado-Caroline-Mysspdf-1

16 de septiembre de 2011

Amistad

La gloria de la amistad no es la mano extendida, ni la sonrisa amable, ni la alegría de la compañía, es la inspiración espiritual que viene a uno cuando descubre que alguien cree en él y está dispuesto a confiar en él. ~ Ralph Waldo Emerson

9 de septiembre de 2011

Bruce Lipton Tú puedes curarte a tí mismo







"Lo que pensamos varía nuestra biología" Bruce Lipton, doctor en Medicina, investigador en biología celular



Tengo 67 años. Nací y vivo en Nueva Zelanda. Estoy casado, tengo dos hijas y tres nietos. Creo que la evolución de la civilización está ocurriendo ahora. Un cuerpo humano está hecho de 50 trillones de células, el ser es una comunidad. Pasé de científico agnóstico a místico.




Podemos cambiar
No se trata de un gurú de las pseudociencias, Lipton impartió clases de Biología Celular en la facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin y más tarde llevó a cabo estudios pioneros de epigenética en la facultad de Medicina de la Universidad de Stanford que lo llevaron al convencimiento de que nuestro cuerpo puede cambiar si reeducamos nuestras creencias y percepciones limitadoras. El problema siempre es el cómo: cómo cambiar la información del subconsciente. En su libro La biología de la creencia(Palmyra) recomienda métodos como el PSYCH-K. Y en La biología de la transformación (La esfera de los libros) explica la posibilidad de una evolución espontánea de nuestra especie.





Me enseñaron que los genes controlan la vida, que en ellos se inscriben todas nuestras capacidades y características, pero es falso.

¿Del todo?
No somos víctimas de nuestra genética, en realidad es el ADN el que está controlado por el medio externo celular.

¿Qué significa eso?
La célula es la vida. Hablar de una célula es como hablar de una persona. Nosotros recibimos la información a través de los cinco sentidos y las células reciben las señales del entorno a través de los receptores que captan la información. El ADN es controlado por señales que vienen desde fuera de la célula, incluyendo mensajes energéticos de nuestros propios pensamientos, tanto los positivos como los negativos.

¿Somos lo que vivimos y pensamos?
Sí, y cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar nuestra biología. Los estudios que empecé hace cuarenta años demuestran que las células cambian en función del entorno, es lo que llamamos epigenética. Epi significa por encima de la genética, más allá de ella.

¿Y?
Según el entorno y como tú respondes al mundo, un gen puede crear 30.000 diferentes variaciones. Menos del 10% del cáncer es heredado, es el estilo de vida lo que determina la genética.

¿Es el entorno el que nos define?
Aprendemos a vernos como nos ven, a valorarnos como nos valoran. Lo que escuchamos y vivimos nos forma. No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos. Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas.

Pero las creencias están inscritas en lo más profundo de nuestro subconsciente.
Cierto. El subconsciente es un procesador de información un millón de veces más rápido que la mente consciente y utiliza entre el 95% y el 99% del tiempo la información ya almacenada desde nuestra niñez como un referente. Por eso cuando decidimos algo conscientemente como, por ejemplo, ganar más dinero, si nuestro subconsciente contiene información de que es muy difícil ganarse la vida, no lo conseguiremos.

¿Entonces?
Si cambiamos las percepciones que tenemos en el subconsciente, cambiará nuestra realidad, y lo he comprobado a través de numerosos experimentos. Al reprogramar las creencias y percepciones que tenemos de cómo es la felicidad, la paz, la abundancia, podemos conquistarlas.

Me suena a fórmula feliz...
Así es como funciona el efecto placebo. Si pienso que una pastilla me puede sanar, me la tomo y me encuentro mejor. ¿Qué me ha sanado?...

¿La creencia?
Eso parece. Al igual que los pensamientos positivos y el efecto placebo afectan a nuestra biología, existe el efecto nocebo: si crees que algo te hará daño, acabará por hacerte daño. Henry Ford decía que tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienen razón. Si eliges vivir un mundo lleno de amor, tu salud mejorará.

¿Y eso por qué?
La química que provoca la alegría y el amor hace que nuestras células crezcan, y la química que provoca el miedo hace que las células mueran. Los pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y saludable. Existen dos mecanismos de supervivencia: el crecimiento y la protección, y ambos no pueden operar al mismo tiempo.

O creces o te proteges.
Los procesos de crecimiento requieren un intercambio libre de información con el medio, la protección requiere el cierre completo del sistema. Una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida.

¿Qué significa prosperar?
Para prosperar necesitamos buscar de forma activa la alegría y el amor, y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenen procesos de crecimiento. Las hormonas del estrés coordinan la función de los órganos corporales e inhiben los procesos de crecimiento, suprimen por completo la actuación del sistema inmunológico.

¿La culpa de todo la tienen los padres?
Las percepciones que formamos durante los primeros seis años, cuando el cerebro recibe la máxima información en un mínimo tiempo para entender el entorno, nos afectan el resto de la vida.

Y las creencias inconscientes pasan de padres a hijos.
Así es, los comportamientos, creencias y actitudes que observamos en nuestros padres se graban en nuestro cerebro y controlan nuestra biología el resto de la vida, a menos que aprendamos a volver a programarla.

¿Cómo detectar creencias negativas?
La vida es un reflejo de la mente subconsciente, lo que nos funciona bien en la vida son esas cosas que el subconsciente te permite que funcionen, lo que requiere mucho esfuerzo son esas cosas que tu subconsciente no apoya.

¿Debo doblegar a mi subconsciente?
Es una batalla perdida, pero nada se soluciona hasta que uno no se esfuerza por cambiar. Deshágase de los miedos infundados y procure no inculcar creencias limitadoras en el subconsciente de sus hijos.

7 de septiembre de 2011

"La cultura de la queja lleva a Occidente a la decadencia" Swami Parthasarathy

LLUÍS AMIGUET - LA VANGUARDIA


La solución eres tú


Swami Parthasarathy; maestro de vedanta; exégeta de los antiguos Vedas.
"Una mujer buena te hará feliz: la mala te hará filósofo", ironiza el swami (maestro) Parthasarathy y asiente el empresario Luis Daswani, pionero del vedanta en Catalunya y su palco del Camp Nou, donde da buen karma al Barça. El vedanta no es religión ni secta ni pide dinero ni fieles. Es una disciplina milenaria de raciocinio de la que beben tradiciones como la socrática, la aristotélica, la cristiana o la musulmana. De ella aprendo neutralización: para disfrutar más de la bebida, bebe menos (sirve para cualquier placer). Y me dice cómo localizar problemas: busca el problema en ti mismo –corrige tu actitud– y deja de echar la culpa a los demás. En ti está todo problema y toda solución.



Tengo 84 años y, tras siglos de rapiña colonial, veo por fin el despertar de la India y Asia.Nuestra cultura de la responsabilidad nos está haciendo más prósperos que ustedes. Llevo casado ¿la familia es dar o no es¿ 58 años con mi única esposa. No muera sin haberse conocido.



Una cultura basada sólo en los derechos individuales no lleva a la armonía personal ni colectiva, porque, quien es educado en la convicción de que tiene derecho a todo siempre encuentra motivos para la queja.

¿Y no es así?
Al contrario: si vives convencido de que tienes todos los derechos, crees que la única razón de tu insatisfacción es que alguien no te los ha dado. Y de ese modo pierdes la oportunidad de tener responsabilidades. Y, por ello, eres desgraciado, porque pierdes el control sobre tu propia existencia.


¿Por qué?
Porque si sólo crees tener derechos, la causa de tu insatisfacción no está en ti mismo, sino en los demás, en algo que otros no te dan. Y, al pensar así, te conviertes en un niño mimado y dependiente al que por mucho que se le dé todo, siempre le faltará algo.

¿La cultura de los derechos es también la de la queja y la insatisfacción?
Exactamente. Por eso Occidente siempre se queja y por eso ustedes siempre están insatisfechos por mucho que tengan.

Ahora tal vez tengamos motivos.
Todo está relacionado. La cultura de la queja es la razón de la decadencia de Occidente. Porque, además de insatisfechos, esa cultura de los derechos individuales sin ninguna responsabilidad social también los hace a ustedes egoístas e improductivos.

También esa cultura nos hacía –hasta ahora– más prósperos que nadie.
El tiempo ha puesto las cosas en su sitio y cuando, por fin, en la India y Asia nos hemos liberado de su colonialismo, nuestro sentido de la responsabilidad nos ha permitido volver a ser prósperos.

¿Cómo?
La India y toda Asia y sus sociedades colectivistas están basadas en el sentido del deber hacia los demás: el pueblo, la familia, la sociedad. Por eso ahora ya estamos compitiendo con ustedes en el terreno económico.


No sé si veo la relación...
Una sociedad como la occidental, basada en la continua reclamación de derechos, los condena a la queja. Y los culpables siempre son los demás: el Estado, el empresario, tu familia, los políticos, el municipio... Pero lo peor es que, de ese modo, dejas la responsabilidad de tu vida a alguien que no eres tú. Tú deberías ser, en cambio, quien decidiera sobre tu propia satisfacción.

¿Cómo recuperas la iniciativa?
Dando. Basando tu vida en las obligaciones y las responsabilidades. Eso volvería a hacerlos más productivos a ustedes los occidentales. Porque, para que te den algo que crees merecer, sólo tienes que ser lo suficiente insistente y hasta quejica, y tal vez te lo acaben dando. Pero para poder dar algo a los demás, antes tienes que haberlo producido y creado, y después ser generoso.

Dar no es la cultura imperante aquí.
Si fundas tu existencia en la responsabilidad y la generosidad de dar, recuperas el control sobre tu propia existencia. Porque dar depende sólo de ti; recibir te pone a merced de los demás. Si fundas tu familia sólo para recibir amor y derechos, nunca obtendrás bastante y acabarás abandonándola.

¿Por qué?
Porque el único modo de lograr tener una familia duradera es vivir para dárselo todo. Mi única mujer y yo llevamos 58 años casados...Y felices. Porque nunca pensamos en lo que nos debe el otro, sino en lo que podemos darle a él y a nuestros hijos. El día en que piensas más en lo que recibes que en lo que das, la familia deja de tener ningún sentido. Nunca te dará bastante.


¿Esa actitud requiere tener religión?
Es universal y eterna en el ser humano que se conoce. Las civilizaciones que progresan están fundadas en la generosidad, en personas que trabajan, crean y dan a los demás.

Adam Smith creía que los egoísmos individuales arbitrados en mercados eficientes crean prosperidad colectiva.
Ese tipo de actividad puede darte prosperidad, pero no paz interior. No es que la prosperidad sea mala en sí, pero si no va acompañada de crecimiento interior, no satisface a nadie. Al contrario, esa hiperactividad te estresa, y te vuelve engreído e intratable.

¿Por qué?
Porque el único placer real que da ganar algo es poder compartirlo. Lo descubre el vedanta desde hace milenios. Y de él bebieron Platón, Sócrates, Jesucristo y Mahoma. Y miles de maestros de todas las culturas.

¿En qué consiste?
No hace falta una fe ciega ni ascetismo ni grandes revelaciones. Llegará a esa verdad por su propio sentido común. No se trata de ser santo, sino simplemente sensato.

¿Disciplina mental?
Madurez. Y no me refiero a la acumulación de conocimiento, sino a sabiduría vital. El placer, por ejemplo, lleva aparejado el desplacer. Si usted bebe por placer, acabará sufriendo por la bebida, a menos que aprenda a controlar su deseo –es la neutralización– y madure hasta descubrir que beber menos es la mejor forma de disfrutarlo más.

También depende de con quién bebas.
La causa de una relación mala no está en el otro, sino en tu propia actitud. El defecto no está en el amigo, el coche, la casa, la esposa... sino en ti mismo, en tu actitud hacia ellos. Todo conflicto de relación es una oportunidad para estudiarte y corregirte. Antes de quejarse de los demás, estúdiese y verá que el problema está en usted.

3 de septiembre de 2011

Mis monasterios: Una visión y un enfoque nuevos - Kalu Rimpoche



Mis queridos amigos, quiero compartir con todos vosotros la visión que tengo para mis monasterios.
Desde fuera todo parece muy bonito, pero si se mira detrás de la brillante portada de la revista, la realidad es bastante diferente. De hecho, creo que hay que cambiar un montón de cosas:
Se lleva a niños de corta edad al monasterio para que sean monjes principalmente por las dificultades económicas de sus familias. No es algo que hayan elegido los niños.
Ahí reciben una educación religiosa, pero no una educación normal. Esto significa que cuando los niños crecen, si deciden marcharse del monasterio no tendrán modo de vivir una buena vida. Tengo amigos cercanos que se marcharon del monasterio cuando tenían 19 o 20 años y que ahora están fregando platos en un restaurante o conduciendo un taxi. Como carecen de formación y de educación para vivir en el mundo, lo van a pasar muy mal para tener una vida plena y feliz. Esto me parte el corazón.
También veo a los monjes jóvenes aprendiendo el Dharma sin tener ninguna experiencia directa de la vida y sin la experiencia del Dharma en la vida. Por ejemplo, yo aprendí, como muchos monjes jóvenes, que el samsara está fuera de los muros del monasterio; que quienes tienen una relación, quienes están casados, quienes trabajan y están implicados plenamente en la vida están en el samsara, mientras que quienes estábamos en el monasterio no estábamos en el samsara. Nos educan con este tipo de orgullo, este tipo de prejuicio. Algunos de estos monjes hacen luego un retiro y salen convertidos en lamas. Les invitan a Occidente a vivir y enseñar en un centro budista. Y cuando llegan, descubren que “el samsara es bello”. Entonces quieren experimentar todo lo que la vida les ofrece y con demasiada frecuencia se meten en negocios del Dharma y abusan y se aprovechan de personas inocentes. Con demasiada frecuencia usan el Dharma para encubrir y justificar su conducta personal.
Hay otras personas que crecen fuera del monasterio, reciben una educación normal y experimentan las alegrías y dificultades de la vida. Y luego, tras haber comprendido realmente que el samsara es el estado de nuestra propia mente y nuestro propio apego, deciden entrar en el monasterio y seguir un camino espiritual. Para mí este enfoque es mucho mejor.
Así que mi idea es crear una escuela para niños cuyas familias tienen dificultades económicas. Los niños recibirán tanto formación normal como religiosa. Luego, cuando cumplan 19 o 20 años, podrán decidir libremente si quieren marcharse y tener una vida personal con un trabajo y una familia, algo que podrán hacer bien, apreciando totalmente el Dharma en su vida; si quieren incorporarse a la escuela y al sistema educativo, serán bienvenidos; y si quieren entrar en el monasterio y seguir un camino espiritual, lo harán de un modo pleno y total porque será su decisión.
Para mí la clave del Dharma es darnos libertad y posibilidades. Actualmente el sistema no hace eso. Espero que este nuevo enfoque lo haga en mis monasterios y comunidades del Dharma.
Esta es mi visión. Y estoy decidido a hacerla realidad.