2 de noviembre de 2010

PNL como transformar mentes con historias hipnóticas - Richard Bandler

Nota que hice para la revista Tu Mismo


http://www.tu-mismo.es/

La hipnosis es una forma en que los mecanismos inconscientes actúan sin el bloqueo del consciente. El cerebro puede hacer cosas que nosotros no podemos hacer. Por eso la hipnosis permite que nuestro cerebro realice lo que él sí puede hacer. Con esta premisa vertebral, Rirchard Bandler, uno de los creadores de la Programación Neurolingüística (PNL), se presentó nuevamente en Barcelona, en el marco del seminario organizado por Talent Institut y PNL Life Training.
Ante un numeroso público, muy heterogéneo (estudiantes de PNL, profesionales, empresarios, y seguidores provenientes de distintos países, algunos tan lejanos como Australia), Bandler habló de “Cómo transformar mentes con historias hipnóticas”.
A través de su discurso colmado de referencias metafóricas y no tanto, y haciendo gala de un humor propio que le caracteriza en sus presentaciones, se esforzó en desmitificar el uso de la hipnosis, citando que, a pesar de que en diversos países está restringida, sin embargo se la utiliza masivamente.
En medio de continuas bromas –herramienta eficaz para relajar al publico y así conseguir que la información llegue al inconsciente, como él mismo lo explica– afirmó que “todos los que les dicen que ‘esto es mejor para vosotros’, están haciendo hipnosis”, en las áreas sociales, políticas, educativas, religiosas, etcétera. 
En uno de los momentos iniciales de su exposición, Bandler comentó sus inicios en la psicoterapia de la mano de la célebre terapeuta familiar Virginia Satir y Milton Erickson, médico pionero en cambiar las técnicas de hipnosis aplicadas a la psicoterapia. De Satir rescató la evaluación de la estructura de las oraciones, no el contenido, mientras que de Erickson, la misma hipnosis.
Y en uno de los primeros ejercicios, expuso el método de hipnosis que él utiliza y cómo localizar una huella de memoria negativa para poder modificarla, quitándole su energía.

Cómo aprendemos bien a hacer las cosas mal

Para ello invitó a subir al estrado a una persona del auditorio para trabajar sobre una serie de pensamientos negativos recurrentes.
La asistente mencionó algunos pensamientos que le pasaban automáticamente por su mente, a lo que Bandler respondió: “No creo que sea ‘algo’ que te pasa sino que es una actividad que tú haces”. A continuación le preguntó cuantos minutos al día estaba su mente en esos pensamientos, para luego demostrarle cuántas horas o días al año usaba su cerebro para producir esas “películas negativas”. Le señaló cómo su cerebro “había aprendido “bien” a hacer las cosas “mal” y entonces pidió que le explicara la dificultad que tenía a consecuencia de esos pensamientos y le detallara cómo lo hacía. “¿Qué tienes que pensar para hacer las sensaciones que no quieres? Sonidos, sensaciones, imágenes… ¿Dónde localizas las imágenes y qué tamaño tienen?... ¿Dónde empieza tu estrategia para llegar a ese estado?... ¿Cómo voy a saber yo que lo estoy haciendo tan bien como tú?...”. Bandler recordó que cuanto más sepamos “cómo” alguien piensa negativamente, se deprime, tiene fobia, etcétera, mejor podremos conectar con dicho estado en esa persona.
Utilizando la cuenta regresiva y el énfasis en las entonaciones y la cadencia de la voz, fue llevando a la asistente al estado hipnótico que buscaba. Al lograrlo, la tocó suavemente en el brazo para hacer un “anclaje” (asociación de un estímulo corporal con un estado psico-emocional). Le pidió que visualizara en una pantalla dichos pensamientos, y jugara con esa pantalla encogiéndola, borrándola hasta que sintiera que se habían debilitado o desaparecido. Luego le pidió que pensara en algo placentero para que la mente usara ese tiempo libre de pensamientos negativos en algo positivo, que encontrara nuevas maneras de ser feliz. “Se debe llenar con buenos pensamientos, sentimientos placenteros, de lo contrario la mente buscará otra cosa en qué ocuparse”, explicó Bandler.
Por último, trajo a la asistente al estado de vigilia y le preguntó cómo se sentía y cómo sentía ahora dichos pensamientos, ya que siempre se debe testear el resultado.
Con este ejercicio, quedó claro que el objetivo es que nuestro cerebro haga lo que queremos, no lo que no queremos. O citando palabras de Satir, “si tienes elecciones, elegirás lo mejor”.
Y como el cerebro no borra los recuerdos, la cuestión está en elegir cuáles queremos activar. Tenemos miles de recuerdos en nuestra mente para usar. La diferencia radica entre ser un actor pasivo ante el cerebro o ser su director. De ahí que resulta importante ser preciso en definir lo que queremos. Es útil imaginarnos el futuro como un camino con bifurcación: la situación actual repetida automáticamente, por un lado, y una nueva vida con pensamientos positivos por el otro. Esta metáfora, que Bandler llama “puerta O” sirve para que reconozcamos que podemos elegir. Si podemos crear alucinaciones, también podemos creer que las borramos. Eso sí, una advertencia para tener en cuenta: el cerebro nos premia con la serotonina (neurotransmisor que tiene efectos antidepresivos, entre otros) cuando hacemos las cosas bien. Pero son importantes los premios por éxito, no por repetición.

Creencias, emociones, felicidad

Si hubiera que reducir el pensamiento de Bandler en pocas palabras, en su comprensión de la realidad todo trata en torno de un estado mental y el sistema de creencias. Duro a la hora de contrastar las evoluciones de otros campos que tratan la psique humana,  el padre de la PNL advirtió que la imaginación y las creencias controlan la vida, para agregar: “La gente cambia cuando se harta del problema”.
Al referirse a una de las críticas que recibe en cuanto a que descarta el trabajo sobre las emociones, expuso que su trabajo sobre la huella de memoria implica el trabajo sobre la emoción vinculada a ella. Obviamente su enfoque es bastante conductista, tanto en la técnica como en el encuadre.
Para Bandler no importa el trauma ni el contenido, sino el uso que el cerebro hace en repetir ese recuerdo. Mediante diversas anécdotas criticó el uso de psicofármacos para anestesiar al paciente como también las catarsis ya que para él “basta con haber vivido las cosas una vez”. Y como añadido, otra idea que especifica claramente: la forma en que miramos el pasado hace que seamos como somos; si miramos recuerdos felices crearemos un futuro feliz.
Conviene considerar que Bandler define a la PNL como una serie de herramientas para explorar las cosas que funcionan.
Tras aseverar que nos han enseñado que cambiar es algo, costoso, difícil y doloroso, con horas y horas de psicoterapia, sugirió que nos planteáramos el cambio como algo fácil y divertido. A modo de ejemplo propuso un ejercicio para enviar recuerdos molestos al pasado lejano. Dijo que “así como el ordenador tiene una papelera de reciclaje a la que en un segundo enviamos lo que no sirve, de la misma forma podemos hacerlo con los recuerdos que no nos sirven”. Trabajando con lo que la PNL llama “la línea del tiempo”, nos pidió que buscáramos espacialmente dónde situábamos el pasado muy lejano en nosotros, luego que enviáramos allí los recuerdos que no necesitamos actualmente. Sin entretenernos en recordarlos, evaluarlos, simplemente despacharlos al pasado remoto, uno a uno, rápidamente, para no darle tiempo a la mente para que interfiriera en el proceso.

Desde México

Durante los tres días del seminario hubo otras prácticas por parte de los asistentes.
Gabriel Guerrero, estrecho colaborador de Bandler en el mundo hispano, participó desde México ya que no pudo llegar debido a la nube emitida por el volcán islandés. Su presentación vía web también estuvo matizada con “historias hipnóticas”, que utilizó para explicar, entre otras cosas, cómo hipnotizar mientras comunicamos ideas empleando la expresión gestual juntamente con la sintaxis del discurso. Al citar algunas voces críticas a esas historias que las tildan de “intrascendentes”, aclaró que la idea es que la mente se entretenga y divierta con dichas historias mientras el comunicador hace la programación inconsciente con un objetivo determinado.
Una de las historias contadas por Guerrero fue la que utilizó para conquistar a su actual esposa. Recreando una típica situación de flirteo, remarcó el uso de verbos en tiempo pasado y gestos hacia el lado izquierdo de su cuerpo (donde se sitúa el tiempo pasado a nivel corporal) para hablar del prometido que tenía su mujer en aquel momento, y empezó a construir un “futuro juntos” usando verbos en tiempo futuro y gestos hacia el lado derecho de su cuerpo (donde se sitúa el tiempo futuro a nivel corporal). Simbólicamente le transmitió: “Si no estás segura de él, estuvo bien el pasado pero el futuro es conmigo”.
Gabriel destacó que no es importante si las historias son ciento por ciento reales, como tampoco su contenido, sino su estructura.
Otro de los ejercicios que Guerrero propuso al auditorio fue la conexión con las habilidades y la creencia firme en ellas, ya que “creer en ellas nos impulsa a aprender”. Muchas personas tienen habilidades, pero no se toman el tiempo para desarrollarlas o reconocerlas, concluyó.  



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